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Buses más grandes; calles, las mismas

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 10 junio, 2015


Buses más grandes; calles, las mismas

Hay que felicitar a los choferes de autobús de la aglomeración metropolitana que han sido asignados a manejar los autobuses nuevos, en algunos casos de tres ejes, y con capacidad de hasta 120 pasajeros.
Es imposible dar la vuelta a la derecha sin invadir un segundo carril y ver cómo maniobran en las calles, no solo de San José, si no en los centros urbanos de los diversos cantones, es para admirarles.
A veces el segundo carril está ocupado por vehículos que viajan en dirección opuesta y no es inusual ver el bus parado frente a frente con un auto causando presas hasta que los otros se echan para atrás o hacen otra maniobra para permitir que el colectivo pase. No se reportan accidentes, pero sí presas, especialmente en horas pico.
Cabe preguntar, ¿a quién le favorece que compren autobuses de tamaño tan grande? A los concesionarios les sirve especialmente porque con el mismo costo de mano de obra y de combustible pueden llevar más pasajeros a su destino. Pero si uno preguntara qué es lo que más favorece al usuario del sistema colectivo de transporte, la respuesta sería unidades más pequeñas, pero con mayor frecuencia.
Durante el periodo de emergencia de los noventa en La Habana operaban los buses “canguros”, que pasaban cada 90 minutos con hasta 300 pasajeros. Sin duda un sistema semejante sería el sueño de los autobuseros ticos, o por lo menos así parece.
Hay rutas en la aglomeración metropolitana donde operan un bus con muchos asientos pero solo cada 45 minutos. Esto es, especialmente, lo que ocurre en los fines de semana.
Un punto importante es que nadie pregunta a los pasajeros lo que ellos quieren, aunque la ley lo exige.
Ni el ente regulador, ni los transportistas hacen esfuerzos para saber lo que quieren sus clientes. De por sí, tienen monopolio los concesionarios y el Ministerio de Transportes renueva las rutas por siete años sin presionar mucho por la calidad de servicio.
Es probable que los jerarcas viajen a su trabajo en automóvil y no saben de las esperas en las lluvias en paradas sin techo (Daniel Ortega está haciendo paradas con techo en una gran variedad de puntos en Managua) y no entienden que la “prohibición de placa” fundamentalmente es producto del hecho de que los autobuseros usan a San José como centro de acopio.
Lo normal en San José es ver en sus calles angostas, autobuses de gran tamaño estacionados en las vías o transitando con unos pocos pasajeros.
El gobierno actual, al entrar al poder el año pasado, prometió una solución comprensiva al transporte por autobús. Al principio no renovaron las concesiones a los transportistas pero la presión de ese gremio logró doblegar al Ministerio de Transportes. Ahora Aresep tiene varios aumentos de tarifa en suspenso porque solo una empresa autobusera presentó la encuesta entre los pasajeros evaluando el servicio.
Los autobuseros están analizando la posibilidad de un paro; jamás quieren que se les evalúe.

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com

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