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Colaborando tras fronteras

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 24 agosto, 2016


¿Qué gana Costa Rica con la política de frialdad con su vecino? La respuesta es que obtiene poco y pierde bastante

Colaborando tras fronteras

La reunión reciente entre los jerarcas de Seguridad de los Gobiernos de Nicaragua y de Costa Rica era absolutamente necesaria; representaba un reconocimiento del hecho de que el crimen organizado ya es mucho más grande de lo que ocurre en un solo país. Es del interés para los habitantes de ambos que haya amplia y profunda cooperación en lo que es el esfuerzo por proteger a la ciudadanía.

Pero no es solo en el área de la seguridad de los habitantes que se requieren estos niveles de colaboración binacional. La lista de temas que exigen atención es grande. El problema de la ola de refugiados de África, Asia, Haití y Cuba que están pasando desde Colombia y Panamá a las fronteras nacionales es uno de mucha importancia. Se pueden agregar asuntos como el río San Juan y el medio ambiente de la región que incluye las riberas de esa vía acuática, la operación de las aduanas en las fronteras, las visas o falta de las mismas para los ciudadanos, las remesas, el manejo de emergencias, el transporte terrestre y especialmente de los furgones llenos de mercadería procedente de uno u otro país.
Complicando el manejo de todos estos temas está el hecho de que el gobierno actual de Luis Guillermo Solís y el anterior de Laura Chinchilla establecieron como política que las relaciones con el Gobierno del vecino del norte fueran frías y distantes. Chinchilla incluso declaró “emergencia” para construir “la trocha,” bautizada con el nombre de Juan Rafael Mora (altamente simbólico tomando en cuenta la Batalla de Rivas) que era “indispensable” para permitir al país defenderse de incursiones, o peor aún, del Gobierno nicaragüense.
Ahora el presidente Solís anuncia que estará su gobierno abriendo y revisando la carga que va con destino a Nicaragua por los puertos principales del país, y en especial Limón. Nicaragua no tiene puerto adecuado en el Atlántico y tradicionalmente ha usado Limón o Puerto Cortés en Honduras como vías de entrada para la importación de mercadería. Los furgones con destino a Nicaragua se descargan y se envían sellados a ese país, sin revisión de ninguna índole.
Dice el primer mandatario que si encuentra material bélico lo confiscará. Quedará por verse si tendrá que cumplir con esta amenaza, pero lo más lógico sería que Nicaragua pasara el material por Puerto Cabezas. (Es primitivo y aislado, pero capaz de manejar los tanques T 72).
¿Qué gana Costa Rica con la política de frialdad con su vecino? La respuesta es que obtiene poco y pierde bastante. Para citar dos oportunidades perdidas por relaciones frías está el desafío del manejo de los refugiados cubanos; y posiblemente no se hubiera extendido por tanto tiempo el embargo contra los lácteos.
El sudafricano Desmond Tutu dijo “si quiere paz, no hable con sus amigos; más bien hable con sus enemigos”. Para convivir con un vecino que reside a la par, todo costarricense sabe que no hay que quererlo. Pero sí hay que hablar con él o ella.

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