Comunidad y familia, dignidad y respeto
Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 12 abril, 2024
El criar una familia presenta enormes retos y dificultades. Difícil es criar hijos y orientar nietos a todo nivel. El desarrollar en nuestras familias principios, valores, formas sociales, respeto para todos y compasión hacia el prójimo no es tarea fácil ni es tarea de unas horas, unos días, o de unos meses. Criar hijos y orientar nietos es una tarea de años y de contínua labor.El formar a las gentes en dignidad y en respeto es cosa compleja.
No se educa a los hijos en gritos e insultos, no se forma a los hijos en confrontación sino en la búsqueda de entendimiento. No se educa a la familia en permanente desafío y en creer que la prevalencia de la opinión propia es fin en sí mismo. No se educa en el irrespeto de las convenciones de trato y de ausencia de las maneras sociales básicas. Nunca se forma a los propios para atropellar, para aplastar, para descalificar o para arrollar a quienes sostienen ideas, posiciones y aspiraciones diferentes.Jamás se forman en la mentira o en la descalificación del prójimo.
La educación de las familias, tarea difícil como es, sería más compleja si formáramos a los nuestros en valores contrarios a la convivencia civilizada, tolerante y respetuosa o en mentira y falsedad. Decía Benito Juarez que el respeto entre los actores es la paz. ¿Queremos educar a los nuestros para generar el conflicto? ¿Queremos educarlos para la confrontación o para encontrar solución a nuestros problemas y acercarnos a quienes sostienen opinión diferente a la nuestra? Respeto, tolerancia y dignidad son verdaderos pilares en la convivencia armoniosa y productiva en una comunidad.
Una sociedad es una sumatoria de familias y de hijos propios y ajenos. La educación de las familias se logra en la comunidad mediante la palabra, el ejemplo y las lecciones positivas que los gobernantes ofrecen en su diario actuar. Se gobierna con la palabra, se gobierna con el ejemplo de vida y de actuaciones, se gobierna educando. Gobernar finalmente es educar en respeto y con dignidad.Es educar a los pobladores en el camino de la unidad, el respeto, la dignidad y el amor al prójimo.Jamás se educa en la violencia, la mentira, la agresión o el atropello.
Estamos a un par de semanas de cumplir la mitad del período constitucional en nuestro país. Estamos a escasos dos años de concluir el período para el que fueron electos los diputados, el presidente y los vicepresidentes. ¿Ha sido positiva la lección recibida por los ciudadanos de parte de quienes ejercen gobierno en el país? ¿La educación política de los costarricenses ha hecho que sean mejores? ¿Estas lecciones harán que los costarricenses comprendan mejor la posición que cada uno de nosotros ocupa en sociedad? ¿Habrán desarrollado más claramente idea de lo que las leyes significan y garantizan para ellos?
He leído, por dos años ya, palabras y expresiones destempladas contra la ley y la judicatura. He creído observar el deseo de algunos de hacer lo que quieren y no lo que están permitidos de hacer. He leído y visto agresiones poco frecuentes contra jueces y contra sentencias judiciales. Las sentencias de las que se discrepa se apelan pero nunca se descalifican. Descalificar aquellas que no nos favorecen nos lleva a que otros descalifiquen aquellas que sí nos favorecen. He leído y escuchado intentos frecuentes de desacreditar el estado de la legalidad y sus beneficios sociales. ¿Saldrá la institucionalidad del país más fortalecida y consolidada que como la recibieron los legisladores y el poder ejecutivo hace dos años? Su deber siempre es fortalecerla y consolidarla.
Con frecuencia he leído expresiones debilitadoras de nuestro marco institucional pero no he conocido de proyectos de ley para corregir aquellas deficiencias que toda institución hecha por los hombres siempre presenta. Más proyectos fortalecedores de nuestra institucionalidad y nuestro marco de legalidad son necesarios. Más proyectos que corrijan, amplíen y modifiquen las instituciones ya superadas o con debilidades muchas veces producto de la natural evolución del país y de sus coyunturas son siempre útiles y muy necesarios.
Faltando dos años para el final, el país espera más educación de los ciudadanos en las reacciones que deben tener frente a los problemas. Nunca la solución ha estado en levantar la voz, menos en insultar. Todos esperamos menos politización de todo acto, palabra o iniciativa. Menos polarización política de los partidos que están gobernando el país es necesaria y urgente. Naturalmente más proyectos, negociación y avenimiento entre las partes para materializarlos, lo deseamos todos. Menos pleito y más acuerdo, menos descalificación y más diálogo, menos troles en el análisis público de problemas y soluciones y más ciudadanos capaces en todos ellos son necesarios para un buen final. Una familia y una comunidad se forjan con dignidad y con respeto, con educación y claro está con tolerancia.
Mis mejores deseos para estos próximos dos años, Costa Rica lo merece. Dignidad, respeto y tolerancia deben marcar siempre el norte. Educación, trabajo y tesón deben marcar nuestro camino. El amor al prójimo debe iluminar nuestra vida.
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