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Costa Rica en el Índice de Progreso Social 2019: Motivos para el optimismo y guías de acción

Ecoanálisis Consultores mercadeo@ecoanalisis.org | Miércoles 25 septiembre, 2019


Eco del Mercado


Dr. Miguel Ángel Rodríguez E.

Socio Consultor Ecoanálisis


Recién se publica el Índice de Progreso Social (IPS) que corresponde a la edición de este año. Es importante destacar los buenos resultados que nuestro país obtiene en esta evaluación, y las pautas para políticas públicas que nos indica.

Los comentarios del reporte de 2019 me mueven a comparar nuestro avance desde 2014 con el progreso mundial, y los cambios operados en cada uno de los tres subíndices: necesidades humanas básicas, bienestar fundamental y oportunidades de progreso durante estos cinco años.

En 2014 el IPS del mundo fue de 61,8. Costa Rica lo superó en 15,95 puntos lo que desde entonces le ha permitido ubicarse en un lugar avanzado entre las naciones por su progreso social.

De 2014 a 2019 (principalmente basado en datos de 2018) el IPS del mundo avanzó 2,67 puntos, mientras el de Costa Rica aumentó un pelín más: 2,82 puntos.

Con relación a los subíndices, en el que más hemos avanzado es en el de Oportunidades de Progreso en el cual hemos subido 14,21 puntos, a pesar de que era uno de los que nos daba una mejor posición en comparación con otros países. Dentro de esta categoría sobresalimos en los campos de derechos políticos, libertad de expresión, acceso a la justicia (aunque, como bien lo he sufrido, puede ser a muy largo plazo), baja corrupción aceptación para personas LGBT, no discriminación ni violencia contra minorías, derechos políticos de las mujeres, igualdad de poder político por grupos sociales, y proporción de estudiantes en universidades bien evaluadas internacionalmente. Con respecto al grupo de países con PIB per cápita similar (nuestros pares), solo tenemos una leve desventaja respecto a la igualdad de poder político por posición socioeconómica. En los otros campos considerados para evaluar este subíndice tenemos una situación similar a la de nuestros pares.

También hemos tenido un importante progreso en necesidades humanas básicas, campo en el cual hemos avanzado 5,82 puntos. En este caso sobresalimos en calidad de la oferta eléctrica, pero tenemos una situación negativa respecto a nuestros pares, en relación a crímenes contra la propiedad.

Respecto al subíndice de bienestar fundamental, el progreso en estos cinco años ha sido de 3,13 puntos. Respecto a este subíndice sobresalimos en acceso a educación de calidad, esperanza de vida, acceso a servicios de salud de calidad, y calidad del medio ambiente. En ninguna de las mediciones tenemos desventaja.

Desde que se inició esta medición, se destacó que Costa Rica ocupa una posición muy ventajosa entre las naciones del mundo en el IPS tomando en cuenta la desventaja que representa su menor nivel de ingreso por habitante. En el Primer reporte, el de 2014, se señala: “Costa Rica, un país de altos ingresos medios (PIB per cápita de $11,165 en moneda de 2005) tiene un in nivel de progreso social similar a los de países mucho más ricos como España e Italia”

El reporte de 2015 agrupó los países con PIB per cápita más parecidos en grupos de 15, determino su IPS medio y lo comparó con el de cada una de las naciones del respectivo grupo. Costa Rica resultó ser el que en mayor medida obtenía mejores resultados respecto al promedio de su grupo.

Estas mediciones nos demuestran características muy relevantes: nuestra historia ha sido exitosa en construir oportunidades y bienes públicos, pero no tanto en productividad y crecimiento. Nuestras carencias están en áreas relacionadas con la productividad, la innovación, el ahorro nacional, la eficiencia del sector público, las habilidades de nuestra mano de obra en relación al nivel de bienestar alcanzado.

Ante esos hechos la común es felicitarnos por los éxitos obtenidos a pesar de nuestra relativa pobreza. A mí me parece más importante preguntarnos: ¿por qué a pesar de contar con índices sociales, políticos, jurídicos tan favorables no hemos logrado ser más eficientes en la producción para poder disminuir la pobreza, el crecimiento de la informalidad y el desempleo?

En estas tiempos de pesimismo y malas expectativas, es reconfortante reafirmar los muchos logras que en el pasado ha alcanzado nuestra nación, observar que en muchos campos seguimos mejorando y fortalecer -con base en estos resultados- la voluntad y la perseverancia de avanzar en la solución de los problemas que nos afectan y dificultan crecer más rápidamente. Se lo debemos a las familias pobres, a los desempleados y a los trabajadores que en la informalidad tienen ingresos insuficientes y carecen de adecuada seguridad social. Todos los habitantes, de clase media para arriba, debemos comprometer nuestros esfuerzos con esa finalidad.




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