Covid-19 sigue afectando salud mental, alerta estudio de la UCR
Neyssa Calvo neyssacalvo.asesora@larepublica.net | Martes 07 marzo, 2023 12:00 a. m.
La pandemia no solo continúa cobrando vidas, sino también dejando secuelas psicológicas entre los costarricenses, confirmó un estudio reciente elaborado por la Universidad de Costa Rica.
La investigación realizada entre setiembre y noviembre del 2022 reveló que algunas secuelas por las medidas sanitarias y la pandemia ocasionada por la Covid-19 se mantienen en la población aún a dos años y medio de aparecer el primer caso, el 6 de marzo del 2020.
La recolección de datos se obtuvo mediante encuesta telefónica y en línea. En total participaron 3.159 personas.
Curiosamente, las personas que respondieron por teléfono tendieron a reportarse con mejor salud mental que quienes respondieron mediante la encuesta en línea.
Eso puede deberse a deseabilidad social; es decir quienes contestaron por teléfono les fue más difícil decir que están mal mientras que los encuestados en línea podrían ser personas que se preocupan por su salud mental y expresan más estrés y síntomas por algún padecimiento, detalló Benjamín Reyes, investigador principal del estudio de la UCR.
Dolor de cabeza, migraña, malestar en la espalda, cansancio, falta de energía y dificultad para dormir son algunos de los síntomas por estrés que dijeron sentir los encuestados.
El estudio estableció que las mujeres son las que tienen mayores niveles de estrés lo que se reflejó también al inicio de la pandemia.
Reyes agregó que el “11% presentó síntomas de estrés agudo por lo menos ocasionalmente, mientras que solo un 1% los presentó muy frecuentemente. Por otro lado, un 43,9% de la muestra refirió tener altos niveles de resiliencia, que consiste en la capacidad anímica y mental de enfrentar las dificultades”.
Los adultos mayores mostraron ser más resilientes porque saben lidiar y encuentran formas creativas de enfrentar las dificultades.
Los investigadores consideran que se vieron más afectadas por estrés las personas con menor ingreso económico, y que resentían percibir menor apoyo social que los de mayores ingresos.
Asimismo, los que no poseen vivienda propia reportaron altos niveles de preocupación y estrés que los que sí tenían casa propia.
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Por último, los expertos determinaron que la actividad física reduce las posibilidades de que la persona se encuentre deprimida, y si lo hacen de forma colectiva los beneficios se duplican.
