Crisis
Marcello Pignataro [email protected] | Lunes 12 enero, 2009

Marcello Pignataro

Vamos, entonces, a abordar el tema desde una perspectiva más “seria”.
La palabra crisis, en Japón, está compuesta por los caracteres peligro y oportunidad. Las crisis son, efectivamente, oportunidades que no debemos dejar pasar y, al mismo tiempo, representan algún tipo de peligro, de incertidumbre.
John C. Maxwell dice que la vida es un 10% lo que nos ocurre y un 90% cómo reaccionamos a lo que nos ocurre. Entonces, independientemente de lo que digan estudiosos de uno y otro bando, partamos del supuesto de que la crisis viene. Es mejor, según mi humilde criterio, prepararnos para algo funesto —siempre con la mente positiva y abierta— y luego descubrir que no era para tanto, que hacerlo a la inversa y creer que nada va a pasar y después lamentarnos por el “si hubiera hecho…”.
¿De quién depende, entonces, que la crisis me afecte o no? De mí, exclusivamente. Si no tomo las previsiones del caso, si no prevengo alguna situación que me pueda afectar y si no mantengo mi mente abierta a las posibilidades, posiblemente me vea en problemas.
Por el contrario: si me programo a hacer (o dejar de hacer) ciertas cosas en mi modo de vida actual, si tomo previsiones (llámense ahorrar, gastar menos, controlar erogaciones innecesarias, cuidar el trabajo, dar constantemente el 100% en todo lo que hago, etc.) las consecuencias pueden ser leves e, incluso, inexistentes y, para cuando me haya dado cuenta, la crisis habrá pasado sin pena ni gloria por mi vida.
Decía doña Nuria Marín la semana pasada que el secreto estará en “no aflojar” y esa es, precisamente, la actitud que debemos asumir. No dejarnos amedrentar por la incertidumbre, sino atacarla de frente. No ponernos a pensar que nos vamos a quedar sin trabajo, sino desempeñarnos de la mejor manera cada día que asistamos a laborar.
Al mismo tiempo debemos buscar alternativas para premiarnos a nosotros mismos por nuestro esfuerzo. Por ejemplo: si me propuse que para finales de febrero iba a tener una cantidad determinada de dinero en una cuenta de ahorros o certificado a plazo, y lo logro, es mi deber premiarme. Y el premio no necesariamente tiene que ser económico: puede consistir simplemente en dedicarme una tarde completa a escuchar mi disco favorito, o a leer ese libro que tengo empolvado desde hace tiempo, o comprarme un helado. La meta y el premio los define uno mismo y está en uno mismo obtenerlos.
Así que veamos este 2009 con buenos ojos. No permitamos que oscuros augurios nos nublen la visión, ni nos atormentemos por lo que no ha ocurrido. Y, con el permiso de doña Nuria: no aflojemos.
NOTAS ANTERIORES

Invisibles
Viernes 23 mayo, 2025
Hacemos tanto y nadie se da cuenta… yo comenté que estábamos trabajando en esa problemática y nadie sabía nada… cuando se dieron cuenta me felicitaron…

El Mercantilismo
Jueves 22 mayo, 2025
Mercantilismo es el nombre que dieron los historiadores al sistema económico prevaleciente en Europa desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII en Franci

CAFTA Revisitada
Miércoles 21 mayo, 2025
No se oye mucho de los adversarios del tratado de libre comercio que montaron una cruzada en contra en 2007. Casi todos al fondo estaban expresando su oposició

La jornada esclavista de 12 horas de trabajo a discusión amplia, en la Asamblea Legislativa
Miércoles 21 mayo, 2025
El lunes pasado en la Asamblea Legislativa votaron en contra de la aplicación del trámite rápido nueve diputados del Partido Liberación Nacional, Dinorah Barque