De cal y de arena De muertos y resucitados
Alvaro Madrigal cuyameltica@yahoo.com | Jueves 20 febrero, 2014
Rodolfo Piza con la candidatura in extremis y la presunción de que ahí sólo cenizas quedarían (no fue así), imprimió el contenido social propio del partido a su mensaje, y mostró solvencia intelectual y ética
De cal y de arena
De muertos y resucitados
En política nada está escrito en piedra. Lo demuestra el tránsito del Partido Unidad Social Cristiana en esta campaña electoral —aún sin concluir— de cuyos comicios emerge vivo, después de haber padecido autoflagelaciones tan graves como que lo redujeron virtualmente a cenizas.
Dos prominentes figuras suyas, nada menos que Presidentes de la República, fueron a parar a la cárcel tras procesamientos penales plagados de sombras, dudas e inconsistencias.
No fueron estos sonados casos los únicos desgastantes del partido, también se desgarró con la puja interna desatada por el tropel de neoliberales que cooptaron sus centros de mando y deformaron su orientación filosófica al mutar la marca social cristiana por el antípoda neoliberalismo.
Tuvo diputados que lucían absortos por las subastas, otros con la vocación del alacrán hembra, sin faltar los descocados por la animosidad hacia determinado personaje; a ninguno se le vio ocupado en devolverle su auténtica identidad social cristiana.
Hasta que llegó la desatinada selección de un buen discípulo de Hipócrates aunque ignaro por completo de las reglas de juego de la política. Fue el acabose, el crematorio del PUSC.
Apareció Rodolfo Piza con la candidatura in extremis y la presunción de que ahí sólo cenizas quedarían. No fue así.
Medio rearmó el tablero con la dirigencia de base, imprimió el contenido social propio del partido a su mensaje, y mostró incólume su solvencia intelectual y ética.
La emigración del Lic. Calderón Fournier —conspicua figura— y de lo más granado del neoliberalismo le allanaron la ruta de la resucitación: resucita el PUSC con ocho diputados y con una prometedora tarea, si es que erradica la tentación conservadora y derechista ajena a su verdadera esencia fundacional.
Si algo deja claro la consulta electoral de 2014 es que el grueso del electorado despecha al neoliberalismo tanto como a las conductas corruptas.
Que así lo entienda el PUSC es un enigma al día de hoy. ¿Será Piza un actor influyente en el partido, con una carta programática de verdad socialcristiana?
¿A quién responderán los diputados escogidos sin participación alguna del candidato presidencial y enrocados en la bronca del anti y el pro Calderón Jr.?
No sólo nuestro cimarrón Silvio Berlusconi (léase Otto Guevara) fracasó tremendamente en estos comicios. También Óscar López, con un aval inferior a los diez mil sufragios en la papeleta presidencial.
Ni el PASE con una representación parlamentaria reducida al mínimo ni su dirigente fundacional convencieron pero sí pasan al registro de los accidentes electorales que en algún momento han servido para que unos improvisados y embolados actores se colaran en el mundo de la política y terminaran protagonizando una penosa gestión parlamentaria.
Con esos ejemplos y con la imagen de la manipulación de los desvalidos físicamente, el PASE más bien debería pagar misas de acción de gracias por haber elegido un único diputado, sin influencia determinante para decidir mayorías. Igual sino para los partidos cristianos a resultas de la distribución de curules en la nueva Asamblea.
Álvaro Madrigal
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