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Eficiencia, resultados y rendición de cuentas

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 24 febrero, 2014


A pesar de la normativa, no existe un sistema integrado que mida la eficacia y eficiencia del sector público. El SINE solo mide si se han cumplido (las metas) y en qué proporción


Eficiencia, resultados y rendición de cuentas

Si comparamos nuestro marco institucional público con su diseño institucional sabemos de un enorme desajuste que genera gran ineficiencia y desperdicio de recursos.
Si analizamos la administración pública y comparamos sus costos con los de similares logros en gobiernos de otros países o en el sector privado, también encontramos graves ineficiencias.
Las próximas autoridades tendrán la importante responsabilidad de cambiar este estado de cosas. Esta es tarea muy difícil.
La hace más difícil la falta de mediciones de eficiencia a pesar de que existen obligación constitucional, normas y sistemas que deberían proveer esa información.
En la administración de 1994-1998 se introdujo el SINE (Sistema Nacional de Evaluación) y en la siguiente se extendió su aplicación a todas las instituciones autónomas y ministerios, mediante un sistema de compromisos anuales de ejecución de tareas entre cada jerarca y el presidente de la República, y se dieron a la publicidad sus resultados, y en el último año se hicieron públicos de previo los compromisos.
Desde el año 2000 se aprobó la reforma al artículo 11 de la constitución política para incorporar la siguiente disposición: “La Administración Pública en sentido amplio, estará sometida a un procedimiento de evaluación de resultados y rendición de cuentas…”
Y en octubre de 2001 se aprobó la Ley de la Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos que tiene como uno de sus objetivos el apoyo a la evaluación de la gestión pública. Esta ley establece: “Artículo 5 Los presupuestos deberán expresar con claridad los objetivos, las metas y los productos que se pretenden alcanzar, así como los recursos necesarios para cumplirlos, de manera que puedan reflejar el costo” y en el Artículo 52 “…incluirán los elementos explicativos necesarios para medir la efectividad de los programas, el costo unitario de los servicios y la eficiencia en el uso de los recursos públicos…”
El SINE se rediseñó a finales del gobierno 2006-2010 y en 2011 se obtuvo la colaboración de la agencia de cooperación alemana para mejorar las capacidades de evaluación. Pero muy poco se ha avanzado.
Utilizar y hacer públicos los datos del SINE tiene un alto costo político, pues los medios y los adversarios solo resaltan los casos de incumplimiento de metas. Pero hacerlo es indispensable aunque insuficiente.
A pesar de toda esa normativa, no existe un sistema integrado que mida no solo la eficacia (cumplimiento de metas) sino también y principalmente la eficiencia (costo de obtener las metas). El SINE solo mide si se han cumplido y en qué proporción.
Urge contar con un sistema permanente de medición de costos unitarios para los productos de la administración pública, compararlos con los de otros países y los del sector privado y emplear sistemas de prueba controlada aleatoria (RTC por sus iniciales en inglés) para medir el impacto de cada instrumento social.
Solo así sabremos cómo emplear cada colón de gasto público de la manera que nos rinda el mayor beneficio.
 

Miguel Ángel Rodríguez

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