El “bullying” escolar y la necesidad de un cambio en el abordaje de la problemática en las instituciones educativas públicas y privadas.
Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Sábado 09 noviembre, 2024
Leiner Vargas Alfaro
Catedrático e investigador universitario.
Universidad Nacional
Correo: lavagrecia@gmail.com
El “bullying” escolar y la necesidad de un cambio en el abordaje de la problemática en las instituciones educativas públicas y privadas.
El “bullying” escolar es una realidad que atraviesa todos los niveles educativos, y Costa Rica no es la excepción. Sin embargo, en muchos casos, las instituciones minimizan o no abordan de forma efectiva estos episodios, lo que deja a las víctimas en una situación de total vulnerabilidad. Algunas preguntas no correctamente respondidas en nuestra sociedad son: ¿Por qué motivos se ha incrementado el “bullying” en las escuelas, colegios y universidades públicas y privadas? ¿Qué podemos y debemos hacer para enfrentar este perverso fantasma que recorre nuestras escuelas, colegios y universidades? ¿Qué factores explican la escasa atención a este problema? Será que queremos poner el polvo bajo la alfombra para evitar que nos caiga en nuestros ojos.
¿Por qué ocurre esta minimización del “bullying” en las instituciones educativas? En muchos casos, la falta de capacitación y recursos impide que el personal escolar comprenda el impacto del “bullying” en el desarrollo emocional de los estudiantes. Además, existe un temor a la mala publicidad, especialmente en las instituciones privadas, que puede llevar a los administradores a asumir una postura defensiva y a negar la existencia de un problema, para proteger la reputación del centro educativo. Todo lo contrario, al toro por los cuernos, cero “bullyng” debería ser una consigna para seguir.
El otro componente preocupante en este tipo de casos es la habilidad de manipulación del agresor, por lo general, las personas estudiantes que realizan “bullying” a sus amigos y compañeros, generalmente tienen un trastorno que los hace poseer una bajísima autoestima de sí mismos, generando un sentimiento de envidia de aquellos que, por su carisma, sus dones o cualidades no pueden alcanzar. “Dime de que presumes y te diré que te falta”, muchos niños y jóvenes reproducen en el centro educativo los patrones de vida en el hogar o peor aún, arrastran conflictos no resueltos en su fase de nacimiento o inclusive con personas de su árbol familiar. Otra razón es la constante exposición y normalización de las situaciones de violencia social, dejando a los otros (seres humanos) como cosas sin importancia.
La lección principal que podemos extraer de esta situación que se repite un día sí y otro también en los centros educativos públicos y privados del país, es que las instituciones educativas deben contar con protocolos claros y transparentes para abordar el “bullying” y estos protocolos deben ser implementados con objetividad y sin permitir que prejuicios o percepciones personales interfieran en la resolución del caso o casos de violencia y “bullying”. Minimizar o ignorar los casos de acoso escolar deja a las víctimas desprotegidas y, en algunos casos, empodera al agresor, reforzando patrones de manipulación y control que podrían extenderse en su vida adulta.
Es fundamental que las escuelas reconozcan su responsabilidad en estos casos. Un abordaje integral, que incluya intervención psicológica para todas las partes involucradas y capacitación para el personal educativo, es esencial para crear entornos escolares seguros y libres de acoso y “bullying” físico y psicológico. Además, los padres deben ser escuchados y sus denuncias tratadas con seriedad, pues su percepción y conocimiento del bienestar emocional de sus hijos es clave en la detección temprana de estos problemas. Tanto agredido como agresor están inmersos en una sociedad que derrama toneladas de violencia en los medios, redes sociales, lugares públicos y ahora incluso, en nuestras autoridades de gobierno. Algunas veces sin quererlo, reforzamos estos patrones en nuestros hijos, reafirmando en ellos la conducta del agresor.
El “bullying” es un fenómeno que, si no se controla y trata a tiempo, puede dejar secuelas duraderas en las víctimas, afectando su autoestima y su desarrollo emocional y más aún, en los victimarios, muchas veces víctimas de la indiferencia familiar y social dónde viven. Las instituciones educativas, especialmente aquellas privadas, deben comprender que su verdadero prestigio reside en el bienestar de sus estudiantes, y que cualquier caso de acoso no tratado no solo daña a la víctima, sino también a la reputación y confianza en la institución que atiende. Costa Rica necesita que sus escuelas, colegios y universidades den un paso adelante y establezcan medidas que protejan a los estudiantes y fortalezcan la educación en valores, respeto y empatía. Es responsabilidad de todos, maestros, direcciones escolares, autoridades educativas y padres de familia, comprender que nadie está ajeno a esta problemática social que carcome nuestra educación pública y privada, es hora de poner el tema en la palestra y actuar por el bienestar de lo que más debe apreciar una sociedad, sus futuras generaciones.
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