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El costo del sector público

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 22 febrero, 2023


El ministro de Hacienda ha decidido equivocadamente a librar un esfuerzo para establecer y cobrar “renta mundial” en Costa Rica. Lo hace no porque la Unión Europea lo pide (porque no lo está haciendo), sino porque desesperadamente busca como seguir financiando un sector público que en general es altamente ineficiente y que incluye varias instituciones que no tienen por qué existir excepto para dar empleo a los que allí laboran.

Hay tres reglas a seguir cuando se decide establecer un impuesto nuevo. La primera es que debe ser “sencillo” para cobrar. Por ejemplo, un impuesto de ruedo (lo del marchamo) es fácil; la persona que no lo paga pierde el uso del vehículo. Un impuesto a dinero ganado en otro país es muy difícil, especialmente si no hay acuerdo entre las dos naciones. Además, si después el costarricense demuestra que pagó impuestos en el país donde ganó el dinero no tiene que pagar al gobierno en San José.

Para implantar un sistema de renta mundial la autoridad costarricense tendrá que poner un equipo numeroso de “expertos” a negociar un acuerdo en todos los países donde nacionales ganan ingresos, si estuvieran los gobiernos de los otros de acuerdo con el objetivo.

La segunda regla es que debe ser eficiente el cobro. Intentar cobrar en otros países es difícil, requiere mucho papeleo y colaboración entre las autoridades de ambos. Si no son montos importantes – varios millones – puede costar más cobrar lo que es percibido como adeudado de lo que se recauda. Tienen que colaborar otros organismos y no siempre quieren o pueden. En el país hay varios impuestos que recolectan muy poco y fundamentalmente hay tres rubros que generan eficientemente el bulto de lo cobrado—renta, impuesto de valor agregado y cobros a lo importado y en especial el petróleo.

La tercera regla es que debe ser equitativa. Una persona con menos capacidad adquisitiva no debe pagar proporcionalmente más que los que tienen ingresos más fuertes. Pero ningún impuesto que cobra Costa Rica es realmente “progresivo.” Por ejemplo, lo que paga el trabajador a la CAJA como contribución (algunos dirán que no es impuesto) es el mismo porcentaje. Pero el que tiene más tiene ingresos que no se derivan de trabajar y que no pagan CAJA. Inversiones, ganancia de capital, alquileres que reciben personas con más dinero no aportan.

Lo que sí es cierto que si aquí se introduce renta mundial habrá menos inversión extranjera. Porque si se establecen los inversionistas como residentes legales el gobierno de Costa Rica va a querer cobrarles el impuesto en todos los lugares que tiene empresas o inversiones. Para los “progres” nacionales esto no importa porque están en contra de la existencia de las zonas francas y a la introducción de capital al país, aunque produce miles de empleos. La verdad es que siempre va a haber un país atractivo donde no existe la renta mundial y que dejaría fuera a Costa Rica. Al ministro le sugiero mejor ver como corta costos en la estructura gubernamental como solución.

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