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COLUMNISTAS


El empleo y las mujeres

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 23 noviembre, 2022


La semana pasada un medio destacó que era mucho más difícil para una mujer conseguir empleo; sin embargo, antes de que provoque una respuesta emocional entre ciertos grupos se debe notar que este desfase es producto de la falta de preparación de muchas de ellas. Las mujeres educadas y calificadas están en iguales condiciones en la búsqueda de empleo.

La pregunta debería ser porque hay más mujeres con menos nivel educativo y sin ser calificadas. La Red de Cuido no ha tenido el éxito esperado porque cuando se organizó no se tomó en cuenta esta situación. Para que la mujer pueda acceder al mercado laboral debe tener quien le cuide a los hijos, pero si no es educada y calificada, aunque los niños estén en buenas manos, no consiguen.

Debo decir que en la corporación donde trabajo, CID/Gallup, un 90 por ciento de la fuerza laboral es femenina y no solo son los puestos de nivel raso. La dirección de siete de las ocho oficinas en el número mismo de países son mujeres y casi todos los puestos profesionales los ocupan personas del género femenino. La compañía acepta personas con un mínimo de tres años de colegio completos y todos los días hay que negar el ofrecimiento de empleo a las que llegan con menos.

Mucho del obstáculo a la mujer que proviene de familias de poco nivel adquisitivo es de índole cultural/existencial. La madre, muchas veces jefe del hogar, lucha desesperadamente y sin ayuda para criar hijos e hijas; cuando una muchacha llega a cierta edad la pone a cuidar a los otros, o a trabajar. No lo hace con los varones – siempre a las jovencitas. No se educan entonces y menos adquieren experiencia laboral. O en circunstancias similares, la muchacha queda embarazada y nacido el hijo no puede seguir adelante.

Los estudios de la Gallup han demostrado que los adolescentes que sueñan, que proyectan sus vidas para adelante cinco o diez años, tienen mucha más probabilidad de tener éxito en la vida que los que no piensan en su futuro. Una muchacha viviendo en situación penosa por la falta de todo desde comida hasta las mínimas necesidades difícilmente sueña de ser médico, empresaria, piloto, o ingeniera. No piensa “en grande.” Muchos de los varones tampoco, pero la cultura les permite a estos “tener pensamientos de salir adelante” no tanto a las mujeres.

Las pandillas reclutan a los varones para ocupar puestos en sus organizaciones, pero más probablemente y con ciertas excepciones, las mujeres se perciben como “acompañantes” o peor quizás como mulas. La “Reina del Sur” llama a la atención de todos, no tanto por su carrera, sino porque es del sexo femenino y una excepción por su posición de mando.

Se habla mucho de la pobreza y de la necesidad de reducirla. Claramente un camino para hacerlo es rescatando a tanta muchacha en situación precaria y sin ninguna salida aparente. Sí, hay salida, para ellas, pero requiere una voluntad de hierro y una situación en el entorno muy excepcional.

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