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El problema del carbón

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 18 febrero, 2015


Los árboles chupan carbón y limpian el aire que estamos respirando. Esto no nos salva de la debacle mundial que se avecina a finales del siglo, pero mitiga e incluso pudiera servir como una gran oportunidad empresarial en el futuro


El problema del carbón

Siempre he escuchado cortésmente a los que hablan del problema del carbón en el ambiente pero confieso que no prestaba mucha atención al asunto. ¡Como muchos! Pero ahora leí el libro “The Sixth Extinction” de Elizabeth Kolbert que describe en detalle las cinco extinciones de los especies dominantes en periodos históricos, incluyendo, desde luego, los dinosaurios. La sexta extinción será la del ser humano a merced de los altos niveles de carbón que está produciendo este en los mares y en la atmósfera.
Después de leer este libro llegué a tres conclusiones sobre lo que hay que hacer y no hacer en Costa Rica para lograr la “neutralidad” en cuanto a la producción de carbón. Urgentemente se necesita un sistema de transporte público de personas y de carga que use energía de fuentes renovables, no solo en la Aglomeración Metropolitana sino también en el tránsito interurbano. Mientras tanto hay que dar incentivos a los autobuseros para que adquieran unidades que operan de forma “híbrida” o por lo menos con gas natural que no produce la misma cantidad de carbón que el diésel. Mientras que hacen “los estudios” para la realización de un sistema ferroviario eléctrico, hay que expandir el sistema de trenes actuales (Alajuela, ¿qué pasa?). Por más anacrónicos e incómodos los trenes actuales, si quitan centenares de vehículos particulares de las calles y carreteras están aportando a la solución del carbón.
Costa Rica es uno de los pocos países del mundo donde crece la cantidad de hectáreas cubiertas por bosque; esta tendencia hay que fortalecerla y acelerarla. Los árboles chupan carbón y limpian el aire que estamos respirando. Esto no nos salva de la debacle mundial que se avecina a finales del siglo, pero mitiga e incluso pudiera servir como una gran oportunidad empresarial en el futuro. Esta protección de los bosques no debería limitar la capacidad del país de crear fuentes geotérmicas de energía. Lamentablemente los puntos donde se pudiera producir energía geotérmica en muchos casos se ubican en parques nacionales. Se requiere una negociación para permitir que se aumente la producción de este tipo de energía sin disminuir la cantidad de hectáreas cubiertas por bosques.
No se necesita una refinadora nueva de petróleo. Aparte de que representará un aumento fuerte en el endeudamiento del país, sin que represente ningún tipo de ahorro para el consumidor, hasta cierto punto una operación de este tipo emite una señal que los costarricenses no están tomando en serio con respecto a la lucha contra el carbón. Es mejor importar el petróleo. Se podría eliminar Recope como institución y poner un ente estatal que se llame Dicope (Distribuidora Costarricense de Petróleo).
Seguramente hay mucho más que se puede hacer en esta lucha contra el carbón, pero confieso que no he estudiado lo suficiente para expresar una opinión. Lo que no podemos hacer es decir que como otros países no están haciendo esfuerzos importantes para aliviar la situación del planeta, ¿para qué molestarnos nosotros?

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com

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