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Esta opinión no factura, a diferencia de Shakira

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Lunes 23 enero, 2023


Gonzalo Julián Conde, más conocido por todos como “Bizarrap”, es un productor musical y DJ argentino que es distinguido por sus famosas BZRP Sessions, donde invita a diferentes artistas de género urbano para que en un breve espacio compongan una canción y mejor aún si tienen un tema controversial en su vida personal por el cual cantar.

La sesión #53, fue protagonizada por Shakira, en medio del conflicto mediático por la ruptura de su relación con Gerard Piqué. A mi criterio, no sólo Bizarrap, Shakira y Piqué saben el ruido social que ha desatado esta canción, sino precisamente saben que la canción de despecho no fue dedicada a Piqué y su infidelidad… Clara-mente la canción fue escrita para el mercado.

Me imagino que todos recuerdan a Shakira de los inicios, con los pies descalzos y sueños blancos, donde demostraba su amor a la música con una guitarra acústica. Pero no culpen a Shakira, por producir la música que “vende” la que apunta a los antivalores, a comparaciones de personas con marcas, al machismo, al feminismo y a vilipendiar su vida personal con tal de tener likes y millones de reproducciones en cuestión de horas.

No deja de tener razón la intérprete cuando en su letra menciona: “Yo valgo por dos de 22” y “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, pues conocía de antemano que este sencillo iba a disparar sus ventas, así como el estar en el “top of mind” de la población mundial por tirarle “beef” al ex. Quien también aprovechó de manera indirecta, para mostrar la otra cara de la moneda y monetizar con los CASIO y los TWINGO.

Lo que podemos evidenciar con esta canción y con las producciones actuales es que los artistas están entregados completamente a lo que el mercado les pide y no a su estilo o creación musical. Finalmente, el mercado es el que manda y el que paga las cuentas. Pareciera ser que, con el fin de facturar, TODO está en venta, las lágrimas, la privacidad y el show mediático a cambio de montañas de dinero.

Todo esto, no es para que sepultemos a Shakira por aprovechar las oportunidades, porque no es la primera canción de despecho que se escribe y nada han dicho de Paquita la del Barrio y su Rata de dos patas. Las canciones de despecho se caracterizan por “lavar los trapos sucios” con un megáfono y lograr el debate público de lo que se puede decir y de lo que no respecto a la vida personal de los implicados.

La evidencia más clara, para todos los que han criticado bien o mal esta canción, es que el arte se crea de las emociones más profundas de quien lo hace, pero ahora pareciera que se crea con base a lo que la sociedad consume y a lo que se puede vender. Antes de criticar a Shakira piense que el morbo, lo tonto y lo superficial es lo que como sociedad les estamos pidiendo.

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