Fin del bipartidismo más ¿su modelo económico?
Alvaro Madrigal cuyameltica@yahoo.com | Jueves 27 febrero, 2014

Cuídense Solís y Araya de las carantoñas de la derecha usufructuaria de ese modelo que produce mas no reparte
De cal y de arena
Fin del bipartidismo más ¿su modelo económico?
Afortunadamente el bipartidismo fue enterrado. El bipartidismo al estilo mexicano (que es al que me refiero) hace años venía con los pataleos propios del moribundo, asistido por destacadas figuras del binomio y por influyentes personajes del mundo de los actores fácticos de la política que —de la mano de estos cuates— bastante lucraron durante sus años de esplendor.
Mucho trataron, unos y otros, de salvarlo del óbito pero una porción mayoritaria de los votantes le dio la espalda y decidió cerrar esas páginas de la historia en que se registran las desviaciones en que terminó el bipartidismo a la mexicana.
La distribución de las curules en la Asamblea Legislativa 2014-2018 deja en claro que ni uno ni dos partidos podrán articular una mayoría dominante. Será necesario forjar entendimientos de más amplio espectro en torno a temas concretos para posibilitar la legislación que ha de sanear un estado de cosas con “marcada arritmia cardiaca”.
A partir de 1982 se abre paso el modelo de desarrollo de inspiración foránea, impuesto como condición para ayudarnos a superar la crisis del momento. Ciertamente dio dinamismo a la economía pero fue estéril a la hora de distribuir los frutos de la bonanza.
De ahí las mortificantes acumulaciones de riqueza al lado de desestabilizadores índices de desempleo, pobreza y falta de oportunidades.
Esto, y la explosión de la corrupción en coincidencia con la maliciosa renuncia a ejercer el sano control político propio de los frenos y contrapesos que da vitalidad a la democracia, es el legado negativo de ese modelo abrazado por el bipartidismo.
Este 2 de febrero se archivó el bipartidismo, se dio vida a una más equilibrada distribución del poder y se incorporó a la agenda de los partidos el principio de recíproca vigilancia aséptica. Esto va a ser bueno para sanear la democracia.
La democracia no puede vivir sin partidos. Y los partidos no pueden sobrevivir con la desafección de las masas ciudadanas convencidas de que son los viveros de la corrupción y de la inepcia administrativa.
Este 2 de febrero se expresó el cabreo del ciudadano harto de la gravedad de los problemas que experimenta el desarrollo humano, de que exhibamos el triste récord de ser el único país latinoamericano en que no disminuyeron ni su tasa de pobreza ni sus índices de desigualdad y desempleo entre 2002 y 2012.
Sí, tenemos una economía dinámica que exporta más que nadie en la región pero también importa más para exportar menos. Sí, campeones en atracción de inversión extranjera pero con una productividad total de factores decreciente.
Sí, primeros en exportación de alta tecnología pero no es nuestra. Con una inversión privada doméstica casi nula y con un aparato productivo que padece las zancadillas de la burocracia.
Corregir todo esto y mucho más, es tarea prioritaria para el nuevo Presidente. Y corregir no es profundizar el modelo sino rectificarlo o cambiarlo. Cuídense Solís y Araya de las carantoñas de la derecha usufructuaria de ese modelo que produce mas no reparte.
Álvaro Madrigal
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