Grupos estudiantiles paralelogramos V
Alberto Salom Echeverría albertolsalom@gmail.com | Viernes 11 octubre, 2024
Alberto Salom Echeverría
albertolsalom@gmail.com
(Nuevo capítulo del relato “Los Estudiantes y el Aspirante a Dictador”)
Las tres mujeres jóvenes que seguían estudios universitarios en New York, y sus dos entrañables amigos, también costarricenses de su mismo origen social que las visitaban, se encontraban ya en los últimos días de sus vacaciones. Habían recorrido a placer “La Gran Manzana” y hasta se habían permitido una escapadita providencial al estado de New Jersey, fuera de los planes originales, porque recibieron una invitación de unos primos de Leonel Bajamonte, que vivían en la capital del estado, en Trenton, ubicada al sureste de Manhattan.
Las primas de Leonel, Maripaz y Lucía Bajamonte, llevaron a sus huéspedes durante los dos días que estuvieron en New Jersey, a dar un paseo por mar a Asbury Park y luego no podían faltar a la Universidad de Princeton.
En cuanto se detuvieron a almorzar el primer día, aprovecharon la pausa después de haberse dado una suculenta comilona, para retomar la conversación que habían sostenido con el intelectual, al salir del monólogo. Margarita Borbón, encabezó, como casi siempre, la tertulia.
- Investigué lo que está escrito en diferentes críticas sobre el monólogo y la mayor parte de los intelectuales que se refieren a la pieza teatral, consideran que el tema de la democracia y el autoritarismo no está bien tratado en el monólogo. Señalan que hizo falta profundizar mucho más, en qué consiste verdaderamente el autoritarismo y, muchos se preguntan de qué manera la democracia lo anida en su seno.
Leonel, no obstante que con frecuencia coincidía con Margarita, en este punto nodal se permitió discrepar. Le dijo:
- Margarita querida, me gustaría nos compartieras algunos de estos escritos críticos, porque el otro día, cuando comentamos al respecto con el distinguido profesor, todos coincidimos en el hecho de que, cuando una democracia se deteriora merced a la profundización de la desigualdad, la extensión de la pobreza y el desarrollo de la enfermedad medioambiental, uno de los primeros síntomas que salen a relucir, es el del autoritarismo, así como la disipación de los límites entre los poderes públicos en grave perjuicio del equilibrio entre ellos. Personalmente creo que dicha causalidad, o sea, el deterioro de la democracia está más que demostrado en muchos de los sistemas políticos de América Latina, e inclusive de los Estados Unidos, especialmente por la atrabiliaria participación de Trump hace cuatro años cuando perdió las elecciones frente al presidente Biden, y siento que hoy también su accionar se orienta en la misma dirección. En aquella ocasión -añadió Leonel-, nadie osó contradecir al intelectual.
-Bueno -terció Lucrecia en la conversación- el hecho de que hace unos pocos días nadie hubiese discrepado de tan connotado intelectual de origen africano, no quiere decir que hoy, si alguna de nosotras ha investigado y encontrado nuevos argumentos discordantes de aquellos, tan bien sustentados por el intelectual, como lo ha hecho Margarita en este momento, no se pueda expresar una opinión contraria. Yo al menos la ensalzo y la estimulo a seguir adelante, pues considero que nos enriquece a todos. En cuanto a mí concierne, al llegar a casa y serenarme un poco, encontré algunos de los argumentos del estimable profesor un tanto extremos y salidos de tono. Por ejemplo, no estoy de acuerdo con él en cuanto a que el hecho económico sea preponderante sobre la cultura y la ideología.
- Estoy de acuerdo en que ninguno de nosotros posee el nivel del profesor africano, como para haberse enzarzado con él en un debate “face to face” -insistió Leonel-, mas, hubiera sido interesante que tan importantes acotaciones, como las señaladas por Margarita y Lucrecia hace un rato, las hubiesen expresado aquel día, aunque fuera en forma de interrogantes. Por mi parte -quiso profundizar Leonel- en los estudios que he realizado sobre economía política en la UNA, me permito señalar que la discusión en torno a la preponderancia de la economía sobre la superestructura jurídica, institucional e ideológico política, es un debate que, a pesar de haberse iniciado en Europa hace más de ciento cincuenta años, aún no se ha dicho la última palabra. Los argumentos no solo de Marx y Engels, sino de sus discípulos y de otros pensadores materialistas también, tienen mucha solidez en la historia, por lo que no han sido definitivamente rebatidos. No es que esté yo de acuerdo en todo con ellos -amplió el estudiante de economía-, sin embargo, sí considero que han sido expresados con mucha consistencia y apego a la realidad. En cuanto a lo argumentado por Margarita, relativo a la democracia y su rechazo a que en su seno se pueda anidar el autoritarismo, debo decir que la democracia no es, nunca ha sido un sistema inexpugnable. Prueba de ello -continuó razonando- lo constituye el hecho de que uno de los acontecimientos más paradigmáticos al respecto, ocurrido en la primera mitad del siglo XX en Alemania, fue la emergencia de Hitler y su partido Nazi al poder por la vía de las elecciones y la conversión de Hitler, en un autócrata racista, un déspota que, con afán revanchista e imperialista desata la segunda guerra mundial. Amigos -terminó diciendo Leonel- todo esto y más ocurrió justamente en el propio regazo de la que llegaría a ser en 1918 una democracia parlamentaria, inestable, pero democracia al fin, en el continente europeo; hablo obviamente de la llamada República de Weimar de corta duración, desde 1918 hasta 1933.
Hubo un silencio prolongado y algo incómodo para los demás, en cuanto Leonel concluyó su docta argumentación.
- Entonces, después de unos inciertos instantes, interviene Gerardo Luján, uno de los más callados del grupo.
- Leonel vos argumentás con profundidad y rigor, porque tenés estudios sobre economía política y al mismo tiempo sos muy buen lector; pero me pregunto por qué crees que una persona no puede cambiar de opinión sobre todo en temas como estos que son controversiales. Evidentemente aquel día que, de forma tan amena compartimos con el profesor, ninguno pudo siquiera precisar las inquietudes, justamente porque aquel hombre parecía saber mucho y nos asombró a todos con su disertación, pero, eso no quiere decir que al día siguiente no nos pudieran saltar las dudas. Eso, Leonel -le agregó Gerardo- no encuentro yo que tenga nada de malo.
- Pues claro que no -subrayó Leonel- no quise afirmar eso, ofrezco disculpas si algo así expresé. Seguramente lo que ocurre es que estoy acostumbrado a los debates en la UNA, que se dan entre personas que tenemos criterios definidos sobre lo que estamos discutiendo. No obstante, estoy abierto a entender que, sobre estos tópicos, ustedes que estudian otras disciplinas no tienen por qué haberse formado juicios consolidados.
- Andreina, que todavía no había expresado su criterio dijo…- Yo quiero reprocharte Leonel que, a veces resultás un tanto prepotente cuando argumentás, parece como que te sintieras por encima de nosotras.
- Margarita entró decididamente de nuevo en la conversación, viendo que, con el último razonamiento de Andreina, Leonel, que era un poco susceptible y algo orgulloso, se podría sentir ofendido. A mí no me molesta como ha argumentado Leonel, la verdad es que él tiene más bagaje de conocimiento en esta temática que nosotras. Yo aprendo cuando lo escucho. Ahora -quiso ahondar Margarita- en este caso lo importante es que, al fin de cuentas, creo que hay entre nosotros una diferencia de criterios que vale la pena tener presente. Yo, por ejemplo, aunque no me está gustando el accionar de Chaves, no creo que se le estén yendo los humos a la cabeza, al punto de querer convertirse en un dictador. Eso me resulta exagerado de parte de quienes lo afirman, que por lo general provienen de las filas de la izquierda.
-Bueno -replicó nuevamente Leonel, sacudiéndose de que lo pudieran estar ligando con la izquierda- yo no provengo de las filas de la izquierda, pero estoy convencido y no exagero, que Rodrigo Chaves es un “aspirante a dictador”.
- Maripaz, -viendo que la conversación había entrado en un ´punto muerto´ y temiendo que se polarizara demasiado entre su primo Leonel, a quien le conocía bien su carácter irritable y, el resto de los amigos, - saltó enseguida para intentar cambiar el curso de lo que, para ella, se había convertido en una confrontación más que un diálogo entre cofrades.
- Tal vez ustedes no han tenido chance en estos días de leer noticias -dijo Maripaz-, pero debo informarles que el ambiente político en nuestro terruño se ha caldeado demasiado. Hay fotos en los diarios y noticias en los principales matutinos que muestran a dos estudiantes universitarios vapuleados hace varios días, por una turba de sicarios, según lo han divulgado. Los estudiantes debieron ser trasladados de emergencia al Hospital San Juan de Dios en muy mal estado. Entiendo que ya les dieron de alta, pero salieron muy golpeados, con extremidades y costillas quebradas.
- ¿Cómo puede ser? -preguntó Andreina, seguida por Lucrecia y Margarita, quienes también se habían sobresaltado- ¿qué habrán hecho para que fueran objeto de semejante reprimenda? -inquirió Gerardo Luján-
-Bueno -prosiguió Lucía, la otra prima de Leonel-, parece que ellos lideran un movimiento en las universidades públicas, contra el gobierno de Chaves y su afinidad con empresas extranjeras que desean abocarse a explorar y luego explotar petróleo y gas en Costa Rica.
-Después de la paliza recibida por los líderes estudiantiles -repuso Maripaz- el movimiento de los estudiantes ha crecido mucho y están recogiendo firmas entre la población y organizando debates en las universidades, y hasta mítines en las calles de las ciudades de San José, San Pedro y Heredia.
La reunión se extendió un poco más, pero llegó la hora de marcharse para trasladarse a New Jersey nuevamente, a la casa de Lucía y Maripaz, donde pernoctarían los estudiantes, para regresar a New York al siguiente día.
En la casa de Maripaz y Lucía, fueron cordialmente recibidos por los padres de estas dos chicas, tíos de Leonel, quienes se unieron a una reunión nocturna de despedida de sus invitados, aportando bebidas como vino, cervezas y whisky Macallan, Buchanan´s y Ballantine´s, para quien lo deseara.
Leonel y Margarita caminaron por un patio trasero muy agradable, que Leonel conocía muy bien por haber estado antes en casa de sus primas. El jardín estaba decorado a base de plantas endémicas de la zona. Conversaron distendidamente, mientras los demás animados por una buena música, bailaban y se divertían, sin advertir lo que estaba ocurriendo entre Margarita y Leonel. La pareja consiguió sentarse, impremeditadamente, en una banca del jardín que no estaba a la vista de los demás; la conversación los llevó, sin que ninguno de los dos se lo hubiese propuesto tampoco de manera deliberada, por caminos inesperados. Entraron en una intimidad que hizo renacer en ellos sentimientos de confianza y pasión que los habían asaltado años atrás…Y de verdad que conectaron con fuerza, pues se besaron y acariciaron complacidamente durante largo rato, declarándose de nuevo recíprocamente su amor.
Cuando se reincorporaron a la fiesta, nadie se quiso dar por enterado, ya que la mayoría conocía del amorío que había existido entre Margarita y Leonel; pero también de la ruptura que habían tenido, la cual había sido dolorosa para ambos.
Este relato continuará…
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