Joven: ¿Quiere un empleo?
Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 06 febrero, 2019

Si usted es un joven de menos de 25 años, y nunca ha tenido el gusto de gozar de un empleo, quisiera tomarme la libertad de contarle algo sobre lo que va a descubrir, si logra colocarse en un puesto.
Primero, y esto es especialmente difícil, el empleador va a insistir en que es obligación apagar el celular en las horas en que está en funciones; no podrá hacer o recibir llamadas, ni tampoco chatear. Tendrá que olvidarse de ese juego fascinante —Candy Crush, Subway Surfers o Clash of Clans— en que ha estado participando en muchas de las horas que está despierto. No será posible manejar el aparato disimuladamente; hay jóvenes que han perdido su empleo porque no pudieron resistir la tentación.
Segundo, normalmente el empleo tendrá un horario y usted estará obligado a llegar un poquito antes de la hora de entrada para cumplir. Tendrá que organizar su vida para levantarse con suficiente tiempo para bañarse, comer algo y transportarse al puesto de trabajo. En el “cole” probablemente fueron más relajados con su llegada y, si asistió a una universidad, también. Lo peor es que también tendrá que quedarse en su lugar del empleo todo el día; solo en la hora de almuerzo podrá “escaparse” para chatear. Tampoco puede decidir “no venir” algún día porque prefiere quedarse en casa y jugar videojuegos.
Tercero, es muy posible que habrá un código que rige sobre la ropa que podrá usar cuando está en el lugar de trabajo. Esos “jeans” medio rotos, la camiseta que lleva la foto de “El Chapo” y que dice “visite Sinaloa” o las chancletas (estas están bien si el empleo es como diputada) que vienen en un color naranja con pecas es probable que no las permitirán. Es más, es posible que vaya a haber una especie de uniforme cuando logre obtener un empleo y asista al lugar de trabajo.
¿Quiere mascar chicle? Parecerá bovino, pero probablemente no está expresamente prohibido en el lugar de trabajo; no debería pegar esa sustancia debajo de su escritorio cuando deja de mascar.
Otra cosa que es sumamente difícil es que el empleador va a querer que usted piense sobre temas y procedimientos que le interesan a él; es posible que tenga que “producir” artículos o servicios que a usted no le importan.
Tendrá que “hablar” con sus jefes y compañeros de manera inteligente y de vez en cuando demostrar que está “pensando”. Imagínese que no les podrá mandar un chat, tendrá que decir lo que quiere o que piensa “hablado”. Es difícil, pero lo seres humanos lo han estado haciendo por miles de años, cuando no hubo celulares ni chats.
No se asuste si tiene que asistir a una reunión de trabajo; allí todo el mundo participa y nadie tiene un teléfono disponible para usar y disipar las preocupaciones. Practicar decir “hola” y sonreír el día anterior frente al espejo —eso sí con el celular en una gaveta a por lo menos 10 metros—. Es difícil, pero lograble.
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