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La lucha contra la mediocridad

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 17 octubre, 2018


La lucha contra la mediocridad

Si el país quiere superar los escollos de una economía limitada y en la actualidad, en reducidas circunstancias solo hay un camino para seguir y ese es fomentando la educación. El Estado invierte recursos más que suficientes para dotar a los jóvenes con una formación de primer mundo, pero lamentablemente la mediocridad está minando el impacto del dinero que aportan con tanto sacrificio los contribuyentes. Necesitamos educadores mejor tratados y más motivados si queremos evitar la mediocridad.

Si bien es cierto que los padres son claves en la formación de los hijos, no se puede permitir que el hecho de que un niño proviene de un hogar de limitada capacidad cultural sea la excusa para que este no prospere en el sistema educativo.

La huelga reciente revela un grupo grande de docentes que realmente no están motivados o satisfechos con su carrera profesional. Se requiere un diagnóstico para determinar lo que les pasa y qué se puede hacer para mejorar su situación laboral. Irónicamente la huelga no tuvo nada que ver con la situación laboral de la gran mayoría; no estaban luchando para una mejoría en sus salarios, de sus vacaciones o de las horas de trabajo.

Pero, ¿qué más requieren para sentirse motivados? Primero merecen el respeto y apoyo de los directores y de otros jerarcas del Ministerio. Los docentes constituyen uno de los recursos más importantes de la nación y mucho del futuro que tendrá Costa Rica está en manos de ellos; son líderes y merecen un trato acorde. Necesitan mucho reconocimiento por sus aportes sobresalientes.

Los directores deberían conversar por lo menos una vez a la semana con los educadores de la escuela o colegio para escucharlos y para determinar si requieren algo o tienen algún problema en especial.

Ningún funcionario puede desempeñarse bien si no tiene las herramientas necesarias para realizar su trabajo. Los docentes deberían dar clases en aulas bien iluminadas, limpias, sin goteras y con pupitres en buen estado. Si es un laboratorio debería poseer los suministros que facilitan los experimentos y debería de haber mucho equipo de cómputo, después de todo ya no se necesitan enciclopedias porque hay Google en la computadora.

Los baños deberían ser funcionales y dotados con agua potable. Debería haber seguridad física para los docentes dentro y en las inmediaciones del colegio o escuela.

Es cierto que hay planes lectivos para cada grado y año. Pero debería haber espacio para que el docente agregue algo personal de sus conocimientos. Si lo único que hace es leer el plan de lecciones, sin explicaciones, será aburrido para los educandos y para el docente.

Si Edgar Mora, ministro de Educación, quiere que todos los docentes hablen el inglés debería montar un programa como el panameño que ya ha llevado a más de 6 mil educadores a Estados Unidos desde 2015 para entrenamiento extenso e inmersión en el idioma. Es un programa oficial del presidente Juan Carlos Varela que ha sido muy exitoso. 



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