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La Asamblea Legislativa nueva

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 30 abril, 2014


El problema es la percepción errónea de muchos diputados, especialmente de la “oposición,” de lo que es su función


La Asamblea Legislativa nueva

Mañana estrenamos un Congreso nuevo; realmente no nos debería preocupar la configuración del directorio, ni tampoco los diputados que sean escogidos para formar parte de las distintas comisiones.
Lo que debería interesarnos es la disposición de los nuevos “padres de la patria” de todos los colores políticos de ponerse a trabajar por el bien de los que los eligieron.
Es cierto que el reglamento interno es defectuoso y que protege al obstruccionista y el tramitólogo, pero el problema más bien estriba en la percepción errónea que tienen muchos de los diputados, especialmente de la “oposición,” de lo que es su función.
En esta legislatura la mayoría es opositora y si estos creen que su rol es de “estar en contra” de cualquier cosa que propone el partido oficial, no van a ser cuatro años productivos los que se nos avecinan.
En últimos años las riñas, los rompimientos de quórum, y los discursos sin fundamento parecen haber estado a la orden del día.
Ni hablar de cientos de mociones a proyectos de ley que se usan para bloquear legislación que algún diputado ve con malos ojos.
Por estas prácticas la Asamblea Legislativa ha llegado a ser una de las instituciones peor evaluadas por los ciudadanos que quieren un grupo de diputados que sea proactivo, trabajador, y que esté más interesado en legislación que traiga beneficios para el país; los intereses partidistas, o la oposición para “figurar” son repudiados por los electores.
Hay tanto por hacer y tan poco tiempo. Hay que fortalecer a la policía y otras instituciones para enfrentar al problema del crimen.
Hay muchas escuelas y colegios en mal estado y requieren ser reconstruidos o reparados.
La Caja Costarricense de Seguro Social sencillamente no está cumpliendo con sus deberes, y la salud y el bienestar de todos los ciudadanos están en riesgo.
El sistema de transporte público de personas es tardío, caro y mal organizado. Las calles y carreteras, construidas para 250 mil vehículos ahora tienen que ser usadas por 1,3 millones.
Los habitantes están pagando un 20% más por la energía eléctrica por la deficiente operación y planificación del ICE y las limitaciones a la generación privada.
Los ríos del país son cloacas. Hay que reformar la legislación que permite financiar a los pymes. Hay que aprobar el reglamento para que la fertilización en vitro esté disponible para las parejas que la necesitan.
Los dineros y programas destinados para ayudar a los más necesitados se consumen en salarios de burócratas.
El Estado es el “inquilino” más grande del país. La lista de retos es muy extensa.
No cabe duda que los nuevos jerarcas del Poder Ejecutivo tengan mucha disposición y las mejores intenciones, pero si no logran que la Asamblea Legislativa ponga de su parte, el país y el Gobierno nuevo van a avanzar poco.
Una última palabra para los diputados nuevos; ¡olvídense de la Sala IV por favor! No permitir que esa institución intervenga en sus trámites internos; es dudoso que tenga jurisdicción.


Carlos Denton

cdenton@cidgallup.com


 

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