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COLUMNISTAS


Las ganas de emigrar

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 01 junio, 2022


Cuando en las encuestas se pregunta “Si usted tuviera los recursos para hacerlo, qué tan probable es que emigraría a otro país” en toda la América Latina los dos países donde menos dicen que “es muy probable” son Panamá y Costa Rica. ¿Qué será lo que distingue estos dos países de los demás?

La verdad es que hay muchos factores, pero dos son sobresalientes. Primero, ninguno de los dos tiene una fuerza militar armada. Mientras que Honduras gasta $402 millones al año en sus fuerzas armadas, El Salvador $372 millones, Colombia $9.216 millones Panamá y Costa Rica gastan cero. Al no estar financiando todas estas personas que no aportan absolutamente nada al Producto Interno Bruto, en equipos como tanquetas, fragatas, y lo último en armas, y la compra de “coronelas” (término hondureño para vehículo de lujo para los oficiales de alto rango), los gobiernos en San José y Panamá pueden financiar más servicios de salud y más educación.

El segundo factor, producto en parte del primero, es que los dos países no militarizados han educado a sus habitantes. Al tener poblaciones más educados son más competitivos. Inversionistas que requieren personal con más capacidad técnica pueden traer sus negocios a Panamá o Costa Rica sin miedo. Y al tener más inversión “sofisticada” es como una bola de nieve—otros quieren entrar donde otros ingresaron con éxito.

La regla del éxito dentro del contexto de migración para un país es la de “retener al talento nativo” y “atraer talento extranjero” ambos que crean su “sueño” en el territorio. Los que emigran normalmente no son los pobres – son los más educados, los de más talento, los que tienen más energía y los que tienen ambiciones. Es notable ver la cantidad de extranjeros en Panamá y Costa Rica con restaurantes, tiendas, talleres, fabriquitas, o que tienen empleos importantes. Al tener éxito en su “país adoptado” adquieren la nacionalidad y participan en actividades de las comunidades.

Esto no quiere decir que estos dos países no tienen ciertos problemas para crecer más. Uno de los más importantes es que ambos han gastado en parte el ahorro al no tener fuerza militar en crear una burocracia grande y difícil de manejar. No hay soldados que no aportan, pero si hay funcionarios públicos en otras ramas que realmente ocupan puestos que se pueden denominar “botellas.” Esto ha dado cabida a mucha “coima al granel.” Para no estar esperando largo rato para un permiso, una licencia, un sello en un papel se paga para que salgo rápido.

Ambos países tienen cárceles llenas y muchos de los reos están “adentro” por participar de alguna manera en el tráfico de drogas ilícitas. Son puente para el transporte hacia el norte y a diario pasan estos productos ilícitos por los territorios. A veces hay presión de otros países para que pongan Panamá y Costa Rica un ejército – “es mejor para combatir al narco” dicen. No “comen cuento” los habitantes de los dos países – ya han pasado por épocas con militares y saben que implica.

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