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Libertad de prensa, periodismo y democracia

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 24 julio, 2015


Evadir a los medios emergentes y no tradicionales y culpar a los tradicionales de lo malo que sucede al gobierno daña la credibilidad de quien así lo asegura

Sinceramente
Libertad de prensa, periodismo y democracia

El pensador y escritor George Orwell escribió alguna vez que… “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques, todo lo demás es relaciones públicas”. Duras palabras que encierran una gran verdad.
El periodismo y la libertad son hermanos siameses y el decir lo que incomoda, el descubrir ante el público lo que no está bien, el reafirmar principios y creencias aunque duela, resultan de la confluencia de esas dos magnitudes de periodismo y libertad.
El Che Guevara señaló alguna vez que una revolución no podía hacerse con libertad de prensa. Yo agrego que un régimen totalitario no puede erigirse en una sociedad mientras la libertad de prensa y el periodismo actúen con rigor y se ejerzan con plenitud.
No es sencillo gobernar cuando la sociedad gobernada discrepa y critica, se opone y confronta las decisiones de gobernante y jerarcas. No es sencillo transmitir a los medios “la verdad gubernamental” si esta carece de interés o es contraria a las percepciones de los administrados. No es fácil en consecuencia utilizar la prensa y el periodismo como herramientas dóciles de relaciones públicas por más periodistas contratados por los gobernantes.
La democracia se asienta sobre la libre y generalizada discusión de las ideas y de las perspectivas de los actores sociales. Los electores en Costa Rica requieren aumentar la participación suya en la discusión de los asuntos políticos e institucionales. Muchas veces se cree en ciertos círculos que la política está para “los políticos” sin darse cuenta de que todos lo somos en una sociedad libre y en esa condición debemos participar y emitir nuestras opiniones.
Quienes gobiernan en una democracia, más que tratar de controlar, cerrar, censurar, insultar o pelearse en media calle con comunicadores y medios, deberían aprovechar sus páginas para hacer llegar sus mensajes a los ciudadanos. No deben perder jamás la altura.
Las comunicaciones de cualquier institución y más las de un gobierno requieren la conformación de una estrategia integral de comunicaciones, el establecimiento de objetivos a ser comunicados, la conducción de la noticia y la generación de corrientes de opinión a partir de la misma. No es cuestión de enlazarse en pleitillos personales, o comentarios destemplados e intrascendentes. No se debe perder la grandeza.
Comunicación, generación de corrientes de opinión, fijación de agendas nacionales, periodismo y libertad de prensa bien se pueden lograr con mejor trato, respeto mutuo y teniendo claro que en democracia todos van a opinar, pero que el gobierno con su gran influencia y los jerarcas con su liderazgo, pueden captar la atención de los ciudadanos si tienen una estrategia conformada. Deben conocer el juego democrático.
Siento que evadir a los medios emergentes y no tradicionales y culpar a los tradicionales de lo malo que sucede al gobierno daña la credibilidad de quien así lo asegura, perjudica la libertad, la democracia y su institucionalidad y claro está la libre expresión.
Cuando una persona señala que hay que callar a otra ya, malos vientos corren en sociedad porque esa expresión corresponde a un contexto diferente de la sociedad libre costarricense.

Profesor

Emilio R. Bruce
ebruce@larepublica.net

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