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Sábado, 7 de septiembre de 2024



COLUMNISTAS


¿Necesitamos tanta reglamentación?

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 17 julio, 2024


Mi padre me contaba que cuando se iba a casar con mi madre, le pidió prestado el auto de mi abuelo para ir de luna de miel. Fue a la dirección de tránsito para sacar la licencia y el que lo atendió le preguntó “¿sabe usted manejar?” Mi padre le contestó que no sabía. La respuesta fue “sería bueno que practicara un par de veces antes de salir de viaje.”

Hoy para obtener una licencia hay todo un manual, un examen teórico y luego otro práctico – es un proceso de meses y hay oficinas, computadoras, autoridades para la prueba de manejo, otros para calificar lo teórico. Hay papeleo, huellas, fotos, inversión de horas. Y no obstante cienes de personas, todo tipo de previsión, cada día mueren personas en las carreteras manejando o de pasajeros.

Se puede preguntar --¿qué pasaría si se regresara al sistema de la época de mi señor padre? ¿Habrá más accidentes? ¿Habrá más caos en la carretera que ahora? Lo dudo.

Hay todo un sistema de “inspectores de salud” que opera en el país. Estos realizan visitas a empresas para asegurar que son “saludables.” Especialmente fuerte es la inspección de restaurantes y lugares que venden comida. Es posible preguntar si no habría inspecciones si ¿habrá más enfermos? Un restaurante donde los clientes se enfermen rápidamente quebraría. Si hay ratas o cucarachas los mismos clientes se huirán. Y esto sin hablar de la posible coima que reciben ciertos inspectores para no ser “muy estrictos” con los negocios.

¿Necesitamos una ley que prohíbe que una persona escupe en la calle?

Todos los que manejamos sabemos que si en una esquina hay un octágono rojo con la palabra “alto” pintado en el centro hay que detener el vehículo y mirar a la derecha y a la izquierda para asegurar que no viene alguien y luego se puede proceder. En principio nadie para. ¿Y?

Más me gustó recientemente manejar en una zona montañosa en una neblina y encontrar un rotulo en un poste que decía “zona de neblina.” Todavía no he comprendido el propósito de esa señal en esa carretera.

El problema es que en el Siglo XXI estamos encercados de reglamentos, de leyes, de papeleos que irritan y que nos tratan de forma infantil. ¿No es posible eliminar algo de eso y quizás poner reglamentos que ayudan al pueblo?

Por ejemplo, si dan una concesión de línea de autobús que en efecto es monopolio a un empresario, obligarle a operar con unidades de diez años de salir de la fábrica o menos. Pero no es quitarle la concesión si no cumple; es dar la concesión a una segunda empresa que compite. El nuevo pudiera venir con unidades nuevas y cobrar menos.

Hay leyes de todo tipo que están vigentes que ya no son necesarias, reglamentos en el uso y operación del tranvía, por ejemplo. Otros incluso de antes.

Una posibilidad es cerrar la Asamblea o Congreso un año y que se dediquen a quitar lo no vigente y no aprobar nada nuevo.

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