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Neurociencia, implicaciones para la diversidad de género y el liderazgo colaborativo

Camelia Ilie-Cardoza camelia.ilie@incae.edu | Martes 08 marzo, 2016


Neurociencia, implicaciones para la diversidad de género y el liderazgo colaborativo

Uno de los grandes cambios registrados en la sociedad contemporánea ha sido la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo.

Las empresas que cuentan con una mayor diversidad de género son más creativas, más innovadoras y tienen mejores resultados.
Las diferencias fisiológicas en el cerebro femenino, como la existencia de un 11% más de neuronas en las áreas de lenguaje, dan a las mujeres una mayor capacidad de comunicación. La presencia de zonas más grandes en el hipocampo asociadas con las emociones y la memoria, le confieren también una capacidad innata mayor para expresar emociones y desarrollar empatía.
De igual forma, la presencia de menos circuitos neuronales en la amígdala, zona del cerebro donde se activan respuestas ante el peligro y los comportamientos agresivos, hacen a las mujeres menos propensas a la confrontación.
Así, la neurociencia nos ayuda a entender por qué muchas veces las mujeres se conectan más profundamente con otras personas y tienden a evitar conflictos. Su estilo de liderazgo suele ser más empático y colaborativo.
Asimismo, la gestión de la empatía y de las emociones positivas ayuda a elevar los niveles de conciencia y compasión en los equipos de trabajo. Estos atributos femeninos refuerzan la necesidad de contar con mujeres en equipos de liderazgo en todos los niveles de la organización.
Por otro lado, el cerebro masculino utiliza en mayor grado las secciones analíticas del cerebro para la toma de decisiones. Asimismo, la zona en la que se produce la ansiedad es cuatro veces menor que en las mujeres, y por tanto los hombres tienen una capacidad innata para manejar mejor el estrés.
Nuestra investigación en INCAE realizada con más de 1.400 ejecutivas y ejecutivos de toda la región complementa los hallazgos de otros centros universitarios del mundo y demuestra que tanto los hombres como las mujeres pueden desarrollar las capacidades requeridas para desempeñar puestos de alta gerencia.
Aprendiendo los unos de los otros y combinando las capacidades analíticas de los hombres y su capacidad de manejar mejor el estrés con las capacidades de comunicación y empatía de las mujeres, la toma de decisiones en equipos mixtos de gestión es más efectiva y tiende a generar mejores resultados.
La neurociencia trae además buenas noticias para el desarrollo del ser humano en general y sobre su capacidad de aprendizaje. Gracias a la neuroplasticidad —capacidad del cerebro de generar nuevas conexiones neuronales— podemos desarrollar todas las capacidades que nos proponemos.
Se ha demostrado que aquellas compañías con tres o más mujeres en sus juntas directivas durante cuatro años, mostraron, en promedio, mejores resultados que las empresas sin ninguna mujer en sus juntas.
El mensaje de la neurociencia y su aplicación al liderazgo es claro: contar con mujeres en las posiciones de liderazgo no es una cuestión de cuotas o de justicia; es un imperativo para la competitividad de las empresas del siglo XXI.

Camelia Ilie
Decana de ExecutiveEducation y Chair del Centro para Liderazgo Colaborativo y de la Mujer de INCAE

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