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No tienen plata los adultos mayores

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 22 agosto, 2018


No tienen plata los adultos mayores

Cuando se hace una encuesta entre personas de 60 años y más y se les pregunta ¿cuál es el problema principal que tiene usted?, no es la salud ni el deterioro físico lo que citan. ¡La gran mayoría manifiesta que no tiene suficiente dinero para vivir! No tienen plata porque no ahorraron, o porque nunca ganaron lo suficiente para tomar previsiones, o quizás porque sufrieron muchos problemas y desafíos; algunos sencillamente gastaron todo lo que recibieron.

Los que tienen pensiones adecuadas constituyen una minoría pequeña y privilegiada. Existen las pensiones no contributivas, pero estas no suministran lo suficiente para comprar la canasta básica, mucho menos para otros gastos. Muchos no reciben lo suficiente para mantener un hogar y tienen que vivir arrimados en la casa de algún hijo o hija o existir en una situación precaria. ¡Muchos viven muy mal!

¿Cómo es posible esta situación que en años futuros incluirá a muchos más de los ciudadanos? Una razón es que los responsables de los fondos para la vejez no prestaron atención a los datos que emanaban de las instituciones que se dedicaban a los estudios demográficos. Por ejemplo, el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad Nacional IDESPO publicó proyecciones de la población con énfasis en este problema en 1982. Nadie prestó atención, incluyendo los actuarios de la Caja. En ese entonces toda la atención se prestaba a problemas económicos y fiscales similares a los actuales.

Para 2025 habrá aproximadamente 600 mil habitantes que se calificarán por su edad como adultos mayores. La gran mayoría no participará en el proceso productivo, pero sí tendrá necesidades de todo tipo en especial en cuanto a servicios médicos.

La solución a este problema no es aumentando los aportes al sistema de pensiones de los que están en edad productiva. Lo que hay que hacer es subir la edad en que un habitante puede aspirar a recibir pagos. Actualmente debería estar en 70 años y en años venideros quizás pudiera ser la edad de 75 la mínima para comenzar a recibir una pensión. Los que no pueden físicamente podrán pensionarse a cualquier edad, pero con pagos de menor cuantía.

Se debe notar que en los países donde hay proporciones importantes de adultos mayores que participan en la economía trabajando, los patronos terminan fascinados con su esmero y su dedicación. Llegan puntuales, no son tan chismosos como los jóvenes, no se enferman y son muy leales. Están felices por estar haciendo algo productivo. Los adultos mayores que reciben ingresos consumen, pero de maneras diferentes a los que son menores. Los mayores probablemente ya tienen TV de pantalla plana, muebles y casa. Estos están más interesados en gastar su dinero en “experiencias” que no pudieron tener cuando eran más jóvenes. Recreo, viajes, clases de yoga y pilates, masajes, cirugía estética, y servicios de nutricionistas que les ayudan a vivir más son ejemplos.

Es un gran logro de Costa Rica y sus sistemas de asistencia social tener esta población adulta tan grande.

cdenton@cidgallup.com

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