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No se puede crecer artificialmente

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 17 febrero, 2014


Somos una economía muy pequeña. Tenemos además un grave déficit fiscal. No podemos tener una economía eficiente si nos cerramos


No se puede crecer artificialmente

El reconocido economista Dani Rodrik analizó el efecto de la disminución en la política expansiva del Federal Reserve Bank de los EEUU en la caída del crecimiento de las economías emergentes.
En ese trabajo afirma: “La excepción es que los gobiernos puedan intervenir masivamente para reestructurar y diversificar la economía sin que el estado se convierta en un instrumento de corrupción y creación de rentas”.
Esa advertencia sobre los serios riesgos de políticas gubernamentales para manejar los mercados, la hace Rodrik a pesar de ser él un propulsor de políticas económicas intervencionistas. Eso hace aún más contundente esa llamada a ser muy cuidadosos a la hora de promover acciones del gobierno que impliquen alteraciones radicales de la economía.
La leí la semana pasada cuando se estaba aprobando en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para dar facultades al BCCR para restringir la entrada de capitales, y cuando economistas de los dos candidatos presidenciales que quedan en juego proponían (La República 10 de febrero de 2014) una política monetaria expansiva para acelerar el crecimiento económico, con la excusa de que no importa agregar dos o tres puntos a la tasa de inflación.
Ciertamente no debemos depender exclusivamente de la entrada de capitales y la inversión directa extranjera para contar con el ahorro que requerimos para el crecimiento económico.
Es evidente que precisamos aumentar el ahorro nacional y propiciar la inversión local para dinamizar nuestro mercado interno y poder tener un crecimiento mejor compartido.
Pero ello de manera alguna significa que sea conveniente ahuyentar las corrientes de capital externo cuando las circunstancias internacionales están cambiando y hacen más magros los flujos financieros hacia países como el nuestro. Todo lo contrario, ahora debemos —más que antes— “chinear” los ingresos de capital extranjero.
Por otra parte, hay que recordar que la inflación es el más injusto de los impuestos pues recae con mucho mayor dureza sobre las familias de menores ingresos, que no tienen grandes activos físicos que no pierden su valor con la desvalorización del colón y dependen casi exclusivamente para su bienestar de ingresos monetarios.
Y eso no es todo. Somos una economía muy pequeña. Tenemos además un grave déficit fiscal. No podemos tener una economía eficiente si nos cerramos. Y si estamos abiertos a los movimientos de bienes, servicios y capitales, una expansión monetaria lo que haría es aumentar los precios internos, propiciar importaciones y salidas de capital y así elevar el tipo de cambio de colones por moneda extranjera reforzando la inflación.
Podríamos sostenerla un tiempo gastando las reservas, ¿y luego?
No hay salidas fáciles ni balas de plata. Restricciones y política monetaria expansiva no son una disyuntiva aceptable. Para alcanzar un mayor crecimiento, que sea inclusivo y poder mejor compartir sus frutos, debemos gradualmente cambiar para tener un gobierno eficiente, un mercado nacional más abierto y una mayor productividad.

Miguel Angel Rodríguez

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