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Para mejorar la educación pública

Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 26 diciembre, 2016


PISA 2015 indica que las habilidades desarrolladas por más del 63% de los jóvenes no alcanza su nivel básico en matemáticas; un 40% no lo alcanza en lectura y un 46% en ciencia


Para mejorar la educación pública


Una vez más, los resultados de la prueba de habilidades en ciencia, lectura y matemáticas PISA nos convocan a una acción urgente y efectiva para que nuestros jóvenes obtengan mejor preparación para desenvolverse y ser exitosos en la vida del siglo XXI.

Esa prueba efectuada por la OECD demuestra que desde 2009 pasando por 2012 y llegando a 2015 nuestros resultados son muy pobres y tienen una tendencia a empeorar.

Al mismo tiempo que vivimos esa lamentable situación, el gasto en educación pública ha crecido aceleradamente y nuestros resultados son muy inferiores a los de naciones que invierten mucho menos en su proceso educativo.

Un estudio del Banco Mundial titulado “Profesores Excelentes” señala que en América Latina y el Caribe el problema principal de la educación radica en la baja cobertura y en deficiencias en las clases que se imparten.

Nosotros no escapamos a esa condición: a pesar del incremento en la escolaridad en secundaria y en preescolar que se da a partir de finales de los noventas, todavía no tenemos la cobertura suficiente y, además, PISA 2015 indica que las habilidades desarrolladas por más del 63% de los jóvenes no alcanza su nivel básico en matemáticas; un 40% no lo alcanza en lectura y un 46% en ciencia.

Con base en evidencia empírica en siete países de ALC, el estudio Profesores Excelentes concluye que nuestros maestros dedican en promedio —y con grandes variaciones entre centros educativos y dentro de una misma escuela o colegio— solo un 65% del tiempo de clase a dar instrucción, contra una norma internacional de un 85%, perdiendo de esa manera un día de cada semana por ausentismo, tareas no docentes efectuadas durante el tiempo de impartir lección y por ineficiente uso del tiempo. Señala que ningún cuerpo docente de ALC puede considerarse de alta calidad comparado con los niveles internacionales; que la baja calidad de los docentes es el principal obstáculo que impide el avance educativo de la región y presenta medidas para reclutar, desarrollar y motivar a los docentes de acuerdo con prácticas comprobadas en muchos países para formar cuerpos docentes de alta calidad.

Para atraer personas muy talentosas a la educación se precisan factores diversos como salarios y la estructura salarial, el aprecio social por la profesión, las normas de selección para ingreso en la formación docente y su calidad.

En Costa Rica con el muy alto crecimiento de los recursos para educación se ha podido mejorar muy sustancialmente el pago a los docentes. En 2007 el salario promedio de un empleado del Ministerio de Educación Pública era en términos reales de ₵624.489. En 2013 era de ₵1.190.016 (un aumento de más de un 90% que casi lo duplica). El nivel real de los maestros y la tasa de aumento es aún mayor pues: 1) este dato incluye los sueldos de conserjes y personas de administración con salarios menores; 2) porque el aumento que se dio durante ese periodo fue mayor a los profesionales y 3) por los tres años con nuevos aumentos posteriores a 2013.

Pero no se evalúa conocimiento de la materia y su habilidad para impartir lecciones cuando se contratan docentes, ni se evalúa su rendimiento, y menos en relación a lo que aprenden sus estudiantes para poder aplicar conocimientos en la vida real.

Este es un grave problema que significa y una enorme injusticia en contra de nuestros jóvenes. No se resuelve con solo cambiar programas o gastar más. Se requiere mejorar lo que ocurre en las clases.

Y para ello se debe convencer a los sindicatos de educadores de que es conveniente evaluar a los nuevos maestros y profesores antes de nombrarlos, darles soporte durante el primer año en que dan lecciones con la asistencia de un educador experimentado que los guíen en la adquisición del arte de enseñar, intensificar los cursos de capacitación de los docentes en servicio, y medir anualmente su desempeño.

Este cambio es tan importante que si no se lograra convencer a los gremios de educadores de apoyarlo, deberíamos incluso estar dispuestos a soportar una huelga del magisterio hasta que se realice.

No hay manera de hacer justicia a los jóvenes, acelerar nuestro crecimiento y disminuir la pobreza y la desigualdad, si no hacemos estos cambios.

 

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