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Pasajes en bus a 1.000 colones

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 12 enero, 2022


Todavía no se ha llegado a tener que erogar 1.000 colones para el autobús que corre la ruta Sabana Cementerio o de San Pedro a San José, pero si se mantiene el comportamiento del gobierno es cuestión de tiempo. El Banco Central ha anunciado que eliminará el billete de 50 mil – más bien debería de estar diseñando uno de 100 mil que será necesario en el futuro no tan lejano. Pronto tendrán que diseñar una moneda de mil colones para el uso diario de los habitantes.

La moneda costarricense es de tipo “ersatz” que quiere decir que depende de la fe que tiene el pueblo en su gobierno para mantener su valor. Con la devaluación que se ha dado en el último año ya los ahorrantes en colones han sido golpeados fuertemente. El valor de las pensiones en términos de su capacidad adquisitiva de productos y servicios ha disminuido.

Durante las últimas tres presidencias la costumbre de Chinchilla, Solís y Alvarado fue la de pedir dólares prestados en el exterior que luego se vendían en el mercado local. Entraban tantos dólares que más bien el reto para el Banco Central fue el de mantener a un punto razonable el tipo de cambio. Estos tres presidentes se mostraron, con la anuencia de los diputados de turno, indispuestos a recortar gastos del gobierno; prefirieron vivir “fiado” y que en el futuro pasara lo que fuera.

Es evidente que al próximo presidente le tocará heredar una situación financiera dramáticamente complicada; ya el pueblo no aguantará la imposición de más impuestos e internacionalmente solo van a prestar a Costa Rica si demuestra disposición de aplicar con firmeza el bisturí al gobierno. Al estar con presupuesto limitado el mantenimiento de carreteras, las obras públicas nuevas, el combate al crimen sufrirán.

El préstamo del Fondo Monetario Internacional FMI no es para regresar a la época de los tres mandatarios donde se vivía en jauja. Viene con exigencias de recortes que no se han hecho – la Ley de Empleo Público ha sido “aguado” tanto por los diputados y los magistrados que no tendrá el impacto deseado. El impuesto al capital (leerse la que se aplica por ahora a “las casas de lujo” y que es de “solidaridad”) la quieren incrementar y hay mucha resistencia. Hay duda de que el dinero recaudado con ese impuesto realmente llega a programas de construcción de casas para los más necesitados. El impuesto sobre el décimo cuarto mes de salario que reciben los empleados públicos fue rechazado por los diputados presionados por los sindicatos que representan a los burócratas.

Actualmente un 50% de la economía está en el sector informal. Ya hay resistencia tácita a cualquier acción que aumenta los impuestos. Ya el dólar (que también se devalúa) se ha convertido en la monda preferida de los ahorrantes. Cada vez más se usa para transacciones en el mercado—es de rutina en los supermercados que paguen clientes sus compras en esa moneda.

¿1.000 colones para el bus? ¿Por qué no 5.000?

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