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COLUMNISTAS


Pensamientos breves para mentes abiertas

Óscar Álvarez Araya oalvarezcocr@gmail.com | Jueves 25 abril, 2024


La persona debe ser el fin y el centro de la acción social, ambiental, política y económica.

El estado, el mercado y las empresas deben estar al servicio de las personas.

La libertad es el valor más importante y esencial de la dignidad humana.

Valores esenciales tales como la justicia, la igualdad, la tolerancia y la fraternidad solo pueden subsistir en regímenes que garanticen en primer lugar la libertad.

Todas las formas de autocracias, sean religiosas o políticas, constituyen los mayores enemigos de la libertad.

El régimen que mejor anula las libertades individuales es el totalitario, no importa que se denomine Nacional Socialista, Fascista, Socialista Soviético o como se quiera etiquetar

El humanismo es inconcebible sin la libertad.

La cultura de paz es un conjunto de creencias, valores, instituciones, actitudes, prácticas y normas de acción que tienden a legitimar, a defender y a promover la paz.

Los seres humanos tienen derechos y obligaciones independientemente de su nacionalidad, etnia, cultura, sexo, color de la piel, que deben ser respetados por el gobierno y la comunidad política en el marco de la igualdad ante la ley y el estado de derecho.

La libertad individual es también responsabilidad individual.

La democracia republicana y representativa es el mejor sistema conocido en la historia para autogestionar los asuntos humanos con respeto a las libertades fundamentales y a los derechos humanos.

Para ser auténtica, la democracia debe ser participativa, representativa y pluralista a fin de hacer realidad el gobierno de la mayoría con respeto a las minorías, en el marco de la Constitución y las leyes.

Todas las formas de autocracia y fundamentalismo amenazan y debilitan la tolerancia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.

El totalitarismo anula a la sociedad civil y a la iniciativa privada. Hay que defender frente al estado los espacios para las organizaciones de la sociedad civil y de la iniciativa privada.

Los partidos políticos constituyen la piedra angular de la democracia, aunque su legitimidad esté disminuida.

En la base de la corrupción, los políticos y los funcionarios manejan los bienes públicos como si fueran “cosa nostra”.

La corrupción en la función pública es con frecuencia una mezcla entre intereses privados y públicos.

Las personas deben ser el fin de la sociedad internacional. Los organismos internacionales deben estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de los organismos internacionales.

La dignidad humana debe estar en el centro de todos los programas y propuestas sociales.

La diplomacia es necesaria como medio para la prevención y la solución pacífica y negociada de los conflictos.

Hay que balancear la libertad con la seguridad. A través de la seguridad humana nos protegemos de males como el crimen organizado, el narcotráfico, el terrorismo y la delincuencia común. Sin seguridad no hay libertad.

Hay que promover y favorecer la prosperidad y el progreso por medio de las políticas públicas de libertad y seguridad ciudadana.

El ejercicio de la libertad debe realizarse con responsabilidad. Cada derecho humano tiene como contrapartida una obligación. Cada decisión libre implica que me hago responsable yo de esa mi decisión.

Cada libertad implica una responsabilidad.

Sin derechos de propiedad privada no puede existir la libertad económica y por tanto tampoco la libertad política.

La economía de mercado es un sistema de cooperación social y división del trabajo basado en los derechos de propiedad y el intercambio voluntario de bienes y servicios dentro del marco de la ley, es decir incluyendo la legislación social y ambiental.

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