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COLUMNISTAS


Pragmatismo energético

José Pablo Rodríguez eterms@gmail.com | Lunes 20 junio, 2022


José Pablo Rodríguez

Director Regional en Asia de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)*

He seguido con atención el interesante intercambio de ideas en este Foro de Lectores, alrededor del tema energético en Costa Rica. Es una temática realmente apasionante pues la energía, literalmente, es lo que mueve al mundo. Su impacto en el comercio internacional es muy grande, haciendo más o menos competitivas las empresas, industrias y los países donde estas se asientan. Nuestro sector exportador, que representa aproximadamente un tercio del PIB del país, se ve fuertemente afectado por el costo de la energía. Lógicamente el debate ha tomado fuerza de seguido a los altos precios internacionales del petróleo que se han registrado en los últimos meses. Una revisión rápida de la acción del precio internacional del petróleo, muestra un importante incremento en lo que va del año. El precio pasó de USD 73.99 en enero a USD 110.48 al momento de escribir esta columna, luego de mantenerse por varias semanas por arriba de los USD 120. Esto representa un incremento total del 49.32% en lo que llevamos de este volátil 2022.

​Estos incrementos en el precio del petróleo y sus derivados, tienen un efecto multiplicador en la economía nacional. La realidad es que tal y como lo menciona bien Don Roberto Dobles, en Costa Rica “no solamente no se dio ninguna transición energética, sino que se dio una transición a la inversa, ya que se ha venido dando una creciente sustitución de las fuentes renovables nacionales de energía por los caros derivados de petróleo importados, lo cual es una especie de transición energética al revés de lo que se requiere”. En otras palabras, en lugar de estarnos descarbonizando, nos estamos carbonizando día con día. Don Roberto menciona que en el país existe lo que el llama “populismo energético”. En las propuestas de política pública y de escritorio, dicho populismo energético se impone y no existen propuestas de carácter técnico serias para enfrentar el reto de una transición energética paulatina y ordenada.

​Sin embargo, de alguna forma los mercados se mueven en la dirección en que exista un incentivo económico. Pareciera que el incentivo que existe en nuestro país para la utilización de los derivados del petróleo es más grande que para cualquier otro tipo de energía. Si no fuera de esta forma, Costa Rica no tendría 64.3% de su matriz energética en derivados del petróleo y con proyecciones a seguir creciendo. Esta realidad que se impone, al margen de ese “populismo energético”, es además, reveladora, si tomamos en cuenta que en promedio, el petróleo y sus derivados representan un 32% de la matriz energética mundial. En otras palabras, en Costa Rica duplicamos la media mundial de consumo de derivados del petróleo.

​Por esto, me llenó de mucha alegría leer recientemente en este Foro la refrescante columna de opinión de la MBA Ing. Mihaela Dobrinescu, geóloga y geofísica, difundida en la página de Linkedin del Colegio de Geólogos de Costa Rica. Me llenó de mucha alegría ya que en Costa Rica no nos hemos dado ni siquiera la oportunidad de tener un buen debate holístico y pragmático, técnico y científico sobre el tema energético. Para peores, ya hay fuerzas que intentan llevar la moratoria petrolera a rango de ley, sin siquiera darle a conocer a los costarricenses las opciones que el país tiene, a pesar de que es el costarricense, sobretodo el más pobre, quien finalmente sufrirá más duramente las consecuencias de pagar una factura petrolera cada vez más cara y que lo empobrece.

​Lamentablemente, desde un inicio, la conversación siempre se ha decantado por ámbitos ideológicos y políticos. Como bien lo explicó Don Ricardo Trujillo, en su columna del 1 de junio en este Foro, “todo comenzó con una ocurrencia ambientalista durante la administración Pacheco, la cual visualizaba el fin de la era del petróleo a corto plazo y el advenimiento (de) un abanico de energías limpias, pero con costo aún desconocido. Don Abel Pacheco por insistencia de su hijo ambientalista dictó una moratoria a la exploración petrolera en territorio nacional”.

​Pero este es precisamente el punto donde se “cancela” al interlocutor que se sale del canasto y cuestiona el populismo energético de las últimas décadas. Los seres humanos somos en ocasiones bien hipócritas, con una especie de doble moral si se quiere. Le queremos imponer a otros cómo comportarse o cómo vivir la vida, pero en muchos casos no hemos hecho nuestra propia tarea. A nosotros como país nos encanta contarle al mundo que en Costa Rica tenemos una moratoria petrolera, mientras callamos convenientemente que el 64% de la matriz energética se mueve con derivados del petróleo que debemos importar. Yo me pregunto entonces: ¿Esa factura petrolera no contribuye de igual forma con el deterioro medioambiental global? ¿O es acaso que es moralmente más aceptable importar esos derivados del petróleo, que utilizar nuestros propios recursos? ¿Cómo pretendemos salir a competir a nivel global con productos y servicios, cuyo costo de producción sube día a día por el aumento del precio en el petróleo y sus derivados?¿No será hora de que Costa Rica considere desarrollar una buena política energética, pragmática, que no solo nos ayude a cumplir con nuestros objetivos ambientales, sino que también nos permita ser más competitivos a nivel nacional y en los mercados internacionales.

*Es Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja

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