Retos para la democracia costarricense
Carlos Denton [email protected] | Miércoles 08 enero, 2025

Una democracia requiere seguimiento permanente para asegurar que poco a poco no se minan conceptos básicos que en su cumulado dejan una nación más parecida a un régimen burocrático dictatorial. Por ejemplo, se necesita atención urgente a lo que es la Asamblea Legislativa Costarricense. Para comenzar la Constitución Política establece que los diputados representan partes del pueblo.
Creo que todos los que siguen los asuntos políticos preguntarían ¿a quien representan? Por las tergiversaciones que han aparecido en los 66 años desde que es aprobó la Constitución, actualmente no representan a ningún grupo de ciudadanos específicos. (Se supone que representan a provincias -- ¿cuál parte si se trata de Puntarenas o San José?) Es más, si algún ciudadano logra conversar con un diputado amigo sobre el techo en el colegio en su cantón y pide ayuda eso puede considerarse “tráfico de influencias.” ¿Cómo es posible?
En cualquier democracia robusta un diputado está en contacto permanente con los que lo eligieron, escuchando y tratando a cumplir con ellos. Lo que pasó es que en Costa Rica los diputados más bien representan a partidos políticos. El ciudadano no es ofrecido la oportunidad en una elección nacional de escoger entre un grupo de nombres—todo lo contrario. La papeleta para “diputados” es una colección de símbolos y nombres de partidos – el 1 de febrero de 2026 pudiera haber hasta 40 de esos símbolos y nombres.
Muchos de los partidos fueron inventados para elegir ciertas personas, pero para qué no saben, ni ellos ni tampoco los votantes.
Adonde se equivocó el Tribunal Supremos de Elecciones con el apoyo de la Sala IV es que permiten la existencia de diputados “independientes.” Actualmente hay 8 diputados independientes (14%) que siguen en la Asamblea Legislativa votando y participando en comités. ¡¡Hablando de una aberración!! El pueblo no los eligió – los escogieron el partido que supuestamente representan. Si dejan el partido deberían ser obligados a zafarse de inmediato.
La otra aberración es el referendo, una institución que sirve para permitir que el pueblo soberano se pronuncia sobre temas de todo tipo. Cuando se siente que los “representantes” no están haciendo bien su trabajo, supuestamente puede un grupo pedir una consulta al pueblo. Lo maravilloso es que cuando hay un referendo y se cuentan los votos no hay apelaciones. Ninguna institución del estado es facultada para decidir si procede o no. Con la decisión del pueblo sobre el TLC con los otros países centroamericanos y los Estados Unidos, los perdedores no tienen acceso a la Sala IV, la Asamblea Legislativa, el Contencioso Administrativo para reconsiderar el asunto.
Esas instituciones y otros a través de los años lograron con “diputados” ignorantes o quizás burócratas con influencia blindarse eliminando casi cualquier tema como tema de un referendo. Se debe notar que el pueblo puede cambiar la Constitución se así lo desea. Los argumentos de “expertos” de que los 100 intentos de realizar un referendo era porque eran inconstitucionales. La inconsistencia raya en la ignorancia de los “sabios.”
Ay, democracia costarricense ¿qué le han hecho?
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