Trabajo de cuidado no remunerado: la barrera laboral para las mujeres costarricenses
Yolanda Fernández yolanda.fernandez@me.com | Jueves 12 diciembre, 2024
No es difícil entender las razones alrededor de que, según la Cámara de Comercio de Costa Rica, aproximadamente el 50% de las pequeñas y medianas empresas en Costa Rica están lideradas por mujeres.
Construir una PyMe, aunque no es tarea fácil, es una de las mejores alternativas que tienen las mujeres para garantizarse estabilidad, sobre todo si su hogar depende en exclusiva de sus ingresos. Aunque tenemos claridad de que son fundamentales para el desarrollo económico y social del país, siguen enfrentando desafíos, pese a diversas iniciativas públicas y privadas que buscan potenciar su crecimiento y consolidación, promoviendo un ecosistema empresarial más inclusivo y equitativo.
Según la Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares (ENAMEH) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Costa Rica cuenta con 394.540 microempresas, lo que representa una disminución del 3,9% respecto al año anterior, cuando se registraron 410.745. Se distribuye de la siguiente manera: Servicios: 48,1%, Comercio: 20,1%, Industria: 19,4%, Agropecuario: 12,3%. Importante hay que mencionar que estas empresas son fundamentalmente aquellas que son gestionadas desde los hogares. Y a esto quería llegar.
La conveniencia de que las mujeres tengan la oportunidad de trabajar desde la casa, le elimina la inversión en el cuido de personas adultas mayores, de niños y niñas y personas con discapacidad, aunque esto signifique que su jornada laboral aumente en 16 horas y 20 minutos según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del 2022. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha señalado que más del 90% de las mujeres en situación de pobreza en Costa Rica están fuera de la fuerza laboral, principalmente debido a las tareas de cuidado no remuneradas. Entonces una empresa desde el hogar representa una alternativa, aunque esta sea desde la informalidad (conste, no es lo ideal, pero se convierte en economía de sobrevivencia).
En la tercera edición de Encadenados 2024, organizada por la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER) y la Asociación de Empresas de Zonas Francas (AZOFRAS), el 50% de las participantes eran empresas lideradas por mujeres, destacando su presencia tanto en roles de compradoras como de proveedoras.
Empresas privadas han dado un paso al frente para darle oportunidades a las mujeres empresarias, por medio de programas hechos a la medida de las necesidades de este grupo, sin embargo, aún no se crea una masa crítica que incorpore a más empresas a brindar estos espacios de negocios.
Sigue siendo un enorme reto el acceso a financiamiento y redes de apoyo empresarial, por no decir que el programa de la Red de Cuido debe pasarse por el tamiz de las necesidades actuales de las mujeres. Debemos entender que, sin esa posibilidad, a las mujeres se les reduce de manera significativa, las posibilidades de ser competitivas.
El Banco Mundial nos señala que las PyMEs lideradas por mujeres tienen un 20% menos de probabilidades de obtener crédito formal en comparación con las dirigidas por hombres. Bancos estatales han procurado tratar este problema y han creado programas dirigidos a mujeres, así como las cámaras gremiales, sin embargo, los esfuerzos parecen insuficientes, porque aún la brecha es muy grande. Debemos cambiar eso de inmediato.
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