Un académico con la mochila al hombro y las ideas a flor de piel
Alberto Salom Echeverría albertolsalom@gmail.com | Viernes 29 abril, 2022
Alberto Salom Echeverría
En las universidades públicas, que son las que conozco bien, se han forjado muchos académicos de mucha calidad intelectual; pero entre ellos, algunos son excelentes. En la Universidad Nacional hablamos de excelencia, cuando las personas profesionales se han preparado para hacerle frente a las tres actividades sustantivas que realiza la institución: la docencia, la investigación y la extensión o acción social. Por añadidura, algunas de estas personas que han acumulado una vasta experiencia académica, con frecuencia destacan por su calidad humana; son profesores y profesoras entregados al estudiante, preocupados por su bienestar y el de sus colegas académicos, muy conscientes de su responsabilidad con la sociedad y con el planeta entero, y con una disciplina envidiable.
El Dr. Marino Protti es uno de estos académicos de excelencia. Protti se especializó en sismología. Primero se graduó como bachiller en Geología en la Escuela Centroamericana en Geología de la Universidad de Costa Rica en 1983. Poco después obtiene un posgrado en Sismología del Instituto de Sismología e Ingeniería Antisísmica, del Ministerio de la Construcción en Tsukuka, Japón. Su ambición de conocimientos lo llevaron en 1988 a la Universidad de California, Santa Cruz, donde primero obtiene una maestría en Ciencias de la Tierra y posteriormente, en ese mismo centro de estudios superiores obtuvo el doctorado (Ph.D.) en Ciencias de la Tierra y Geofísica en el año de 1994. Con semejante preparación ha dedicado su vida a investigar los volcanes y los terremotos y sismos, fincado en el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, que pertenece a la UNA. Como su sed de conocimiento no acaba, recientemente en su plena madurez académica y humana, sacó una maestría en la misma Universidad Nacional en Relaciones Internacionales y Diplomacia, donde se destacó en sus estudios recibiendo la mejor distinción académica que ofrece la institución: “Magna cum Laude”.
En el área de la investigación, como bien puede suponerse son muchas las conquistas logradas por Marino Protti; una de las más resonantes es el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología “Clodomiro Picado Twight” obtenido en el año 1996. Poco después en el 2002, recibe el premio a “la Excelencia Académica de la UNA, Roberto Brenes Mesén”. También en múltiples ocasiones se ha desempeñado en puestos académico-administrativos, como director varias veces del OVSICORI (UNA), en otras ocasiones ha sido director, instructor y organizador del curso Regional sobre Monitoreo Volcánico, de países americanos ubicados entre Ecuador, y el Trópico de Cáncer; OVSICORI UNA/UNESCO-ROSTLAC. El Dr. Protti se concentró primero en los procesos de subducción de las placas terrestres que generan grandes terremotos, en particular en la península de Nicoya. Producto de su señero trabajo, consiguió que este segmento de subducción fuese escogido como uno de los dos laboratorios mundiales para estudios de sismo-generación. Con semejantes antecedentes, en el 2013 fue convocado a participar en la investigación de la expedición WISSARD a la Antártica. En ella contribuyó a la instalación de estaciones sísmicas y al mantenimiento de la red GPS para el monitoreo del desplazamiento del glaciar Whilliams. (Cfr. Academia Nacional de Ciencias, San Pedro, Costa Rica.)
En el momento en que estoy sentado escribiendo este relato para ustedes, justo el 26 de abril, la Asamblea Legislativa de Costa Rica, en muy buena medida gracias a la intervención del Dr. Marino Protti aprobó en segundo debate la adhesión de nuestro venturoso país al Tratado Antártico. Si algunos de ustedes están interesados en conocer las repercusiones que tiene esta investigación del Dr. Protti para Costa Rica, y deducir los alcances que acarreará la adhesión de nuestro país al “Tratado” que acabamos de mencionar, pueden acudir a una entrevista muy linda que le hizo el periodista Johnny Núñez de la UNA, titulada hermosamente como: “Pasión y Ciencia Bajo Cero”. (Cfr. Pueden escribir directamente al periodista Johnny Núñez a la dirección electrónica jnunez@una.cr, o también a https://m.facebook.com > potos.) Sin embargo, para no dejarlos “enjuagados y sin beber”, extraje la siguiente cita de lo expresado por Marino Protti, solo para que se den una idea: primero mi amigo Marino Protti, como abrebocas afirma “Por ser un lugar diferente a lo que uno está acostumbrado a ver, en la Antártica prácticamente todo es nuevo.” (ibidem). Y luego satisfago la curiosidad de muchos como primicia y traigo a colación lo siguiente, también expresado por el Dr. Protti: “En la península de Nicoya registramos desplazamientos de 2 a 3 cm por año durante el período intersísmico y hasta 60 cm en la dirección opuesta como desplazamiento cosísmico durante el terremoto de Nicoya del 5 de setiembre. Las estaciones que visitamos en esta Plataforma Helada de Ross se mueven, como parte de esa masa de hielo, casi 400 m por año. Los 60 cm que registramos en Nicoya -agrega- cada 50 años, allá en Whilliams, ocurren dos veces por día”. Al final de dos años esta información recabada servirá para comprender mejor los procesos físicos en la zona de subducción y cómo se daría la liberación y el desplazamiento a lo largo de la falla.” (Ibid.)
La última hazaña de Marino Protti, lo llevó a marchar una vez más con la “mochila al hombro y las ideas a flor de piel” o “con su adarga bajo el brazo y la lanza en ristre”, como don Quijote de la Mancha, quien sin hablar palabra y sin pedir favor a nadie soltó otra vez la “adarga” (el escudo), y alzó otra vez la lanza…” (Primera parte del Quijote, Capítulo III). En el 2008, el Dr. Protti fue convocado a integrar un grupo jurídico, técnico y científico que presidió el Lic. Arnoldo Brenes por el Ministerio de Relaciones Exteriores. En este grupo también participó otro académico de la UNA (de la escuela de Relaciones Internacionales) y de la UCR, el Dr. Carlos Murillo. Protti se aboca, dados sus conocimientos académicos y su experiencia, a contribuir junto a Brenes y Murillo a redactar, con miras a realizar una presentación preliminar, una solicitud de reclamo por parte de Costa Rica, para la “extensión de los límites externos de la Plataforma Continental de Costa Rica”, en mayo del 2009. Mediante esta acción Costa Rica adquirió el derecho de poder hacer una presentación formal ante la comisión de límites de Naciones Unidas, para obtener derechos sobre el suelo y el subsuelo marino, más allá de las 200 millas náuticas. Ese mismo año, por decreto ejecutivo, se constituyó una comisión nacional para llevar adelante esta monumental tarea. Veamos.
Después de la Convención de los Derechos del Mar adoptada por las Naciones Unidas en el año de 1982, se estableció por fin un riguroso sistema de ley que procura el orden en los océanos y mares del mundo. Tanto la Convención, como la ley que de ella se derivó tienen una importancia capital para todas las naciones de la Tierra, puesto que aproximadamente el 90% del comercio mundial se moviliza por medio de buques. Podemos imaginar la cantidad de relaciones jurídicas que se derivan de este intenso movimiento marítimo mundial. Para las naciones más pobres tal legislación ha sido vital, puesto que han llevado y llevan la peor parte frente a la voracidad de las grandes potencias, que se habían convertido por la vía del hecho en amos y señores de los océanos y los mares.
Costa Rica, por ejemplo, ha sido víctima de despojo por parte de los Estados Unidos, La República Popular China y Taiwán, entre otras naciones, del atún aleta amarilla y otros peces de gran tamaño, que se pescan en mar abierto; antes del 2020 se establecía la prohibición para que los barcos extranjeros pudieran pescar sin licencia, a partir de las 12 millas de distancia, es decir fuera del “Mar Patrimonial”; después del 2020 se amplió la prohibición, los barcos atuneros y otros de bandera internacional pueden pescar, pero a partir de ese año más allá de las 60 millas. (Cfr. https://www.larepublica.net> noticia) Es decir, siempre en nuestro territorio, ya que se trata de aguas marinas que son consideradas parte de la “Zona Económica Exclusiva”. Por lo consiguiente, hoy los barcos “cerqueros” no pueden pescar sin poseer una licencia, dentro de las 60 millas. Más allá de las 24 millas son aguas que forman parte de la zona económica exclusiva, hasta las 200 millas. De acuerdo con el artículo 76 de la Convención sobre los Derechos del Mar, los países rivereños tienen la posibilidad de extender sus derechos sobre el suelo y subsuelo marino, en una porción más allá de la zona económica exclusiva, no así sobre la “columna de agua” (considerada como un bien común de la humanidad).
De acuerdo con la “Fundación Mar Viva” y la “Federación Costarricense de Pesca”, un 26% del atún de Costa Rica es pescado en forma ilegal; cerca de 25 mil toneladas anuales son extraídas por la flota internacional, solamente un 28% es descargado en puertos nacionales. Sin embargo, desde el 2017 se han entregado menos licencias a las flotas cerqueras extranjeras. Con ello pretendo poner ejemplos de las enormes complejidades que enfrentaron la “Comisión” y Costa Rica en particular, para abrir verdaderas oportunidades de desarrollo en el mar y los océanos que nos pertenecen.
Arnoldo Brenes, Carlos Murillo y Marino Protti se emplearon a fondo, junto a representantes de otras instituciones nacionales como el MINAE, el IGN, el MOPT y el CENAT entre otras, y en forma binacional con homólogos de Ecuador, para redactar y elaborar la primera presentación parcial conjunta con el objeto de definir los límites exteriores de la plataforma continental de ambos países, al sureste de la Isla del Coco y al norte de la cordillera de Carnegie. Hubo que resolver un problema mayúsculo en ese propósito, a saber, el de las importantes diferencias que existían entre Ecuador y nuestro país en cuanto a lo que cada nación consideraba que eran parte de sus derechos en el océano pacífico. Gracias a un esfuerzo realizado desde el 2012 entre ambos países fue posible solventar las discrepancias principales tras haber integrado una comisión mixta, la cual celebró desde el año 2012 reuniones alternativamente en ambos países. Subsanado este valladar, los especialistas trabajaron conjuntamente, de manera transparente y amigable, incluyendo una representación del ejército por parte del Ecuador. Esta representación de militares aportó la valiosa contribución de su buque oceanográfico, el BAE Orión, para realizar los levantamientos batimétricos, indispensables para la presentación conjunta.
Insisto ahora, como lo escribí en uno de mis artículos hace varios meses, la soberanía ejercida por Costa Rica sobre la Isla del Coco se ha convertido en un factor clave, por la extensión que adquirió nuestro país de su territorio en el Pacífico marino. De hecho, dice la FAO: “La costa del Pacífico costarricense tiene una extensión de 1,016 Kilómetros con numerosas bahías y tres importantes Golfos, una importante plataforma continental y una enorme Zona Económica Exclusiva (ZEE) que de acuerdo con el Instituto Geográfico Nacional es de 589,682.99 Kilómetros cuadrados, gracias a la soberanía plena que Costa Rica ejerce sobre la Isla del Coco.” (Cfr. http://www.fao.org > fcp> Fl PDF). De hecho, la “Comisión” coordinada por Arnoldo Brenes y que contó con el concurso de los académicos Carlos Murillo y Marino Protti, trabajó parte del sureste de la Isla del COCO, sin definir límites precisos, como una estrategia convenida con los representantes del Ecuador, para evitar su explotación por parte de otras naciones. La primera propuesta parcial del trabajo se presentó en diciembre del 2020 y el proceso final de presentación concluyó a principios del mes de marzo de este año. La presentación oral ante Naciones Unidas recayó sobre el Dr. Marino Protti; mientras que el componente político lo presentaron la Sra. Vicecanciller Adriana Bolaños (jefa de la delegación) y nuestro embajador en la ONU, Lic. Rodrigo Alberto Carazo Zeledón. El capitán Giorgio De La Torre hizo la presentación técnica por parte de Ecuador. Está pendiente ahora acometer una segunda fase de toda esta investigación, la cual se enfocará en el sector norte de nuestra Isla del Coco.
De todo lo narrado se derivan grandes triunfos tanto para Costa Rica, como para Ecuador y se abren puertas para que las naciones pobres y todas aquellas que luchan para que prevalezcan los derechos del mar, cuenten cada vez más con leyes y un estatuto seguro para proteger su futuro y el de La Tierra entera. Extraemos una vez más la enseñanza de la labor de investigación en todos los campos del saber que llevan a cabo las universidades públicas de Costa Rica. Los hallazgos de las universidades públicas constituyen una verdadera riqueza para nuestro país, sin los cuales nos habríamos perdido de muchas conquistas como las que hemos mencionado. El Dr. Marino Protti es un ejemplo de un académico de fuste, brillante y disciplinado cuyos pasos sin duda marcan un sendero seguro para contrarrestar las múltiples amenazas que experimenta la vida sobre el Planeta, producto del calentamiento global y del cambio climático que padecemos. Honor a quien honor merece.
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